martes, 1 de marzo de 2011

La nueva Corrientes se está construyendo

El mandatario provincial dejo subyacente en su mensaje, que está en marcha una nueva Provincia, una Corrientes que se construye a partir brindarle calidad a la política, a las instituciones, que parte de coincidencias entre empresarios, trabajadores, y que apunta a las personas, al desarrollo de sus potencialidades, a la calidad de vida, a la valorización de su cultura. A la incorporación de la tecnología como herramienta de desarrollo y crecimiento. Y lo dice con claridad, esta provincia está en marcha, en forma silenciosa pero incesante, que es inclusiva para todos por igual, y donde impera la certeza de que el Estado es el instrumento de todos y cada uno de los correntinos y no propiedad de ningún partido político.

Pero nuestra perspectiva política, no se agota en cinco datos por más positivos que resulten. Queremos dar un giro conceptual a la política correntina, y ese giro no es discurso, ya se está materializando:

Desde el orden administrativo y a partir del mismo como fuente de certeza; hemos decidido avanzar en tres ejes esenciales y determinantes: A) Infraestructura económica y promoción económica concertada, B) Búsqueda de la calidad como referencia de los servicios públicos, y C) Valoración de nuestras mejores tradiciones culturales y comunitarias.

Entendemos que son ejes que influyen en todas las áreas de gobierno; que inspiran un sentimiento transformador, y que convocan a todos los correntinos por igual; y esos ejes deben ser el punto de arranque de la Provincia que soñamos.

Cuando decidimos convocar a actores del sector privado a contribuir con la gestión pública, no lo hicimos desde una perspectiva corporativa; lo hicimos invocando la necesidad de recrear patrióticamente el ideario del esfuerzo al servicio colectivo, estamos tratando de un modo a la vez práctico e idealista de acercar a la mesa a todos los que trabajan.

Hemos recogido muchas expresiones de gratitud por ello, hubo sectores a los que la convocatoria los ha movilizado, y lo digo sin ingenuidad … porque hay que romper la sensación de lejanía y ajenidad; hay que construir comprometiéndose.

Este nuestro Estado, que es de todos los correntinos, no es para que un partido u otro coyunturalmente lo use. Es para construir las políticas que nos permitan crecer como personas, desplegar nuestras potencialidades.

Por eso no tenemos temor en incorporar conocimiento y talento, si se integran a una gestión democrática, innovadora, e incluyente. Estamos para sumar y no para restar capacidades.

Por suerte nuestra convocatoria es exitosa, lo que incrementa la confianza recíproca y la responsabilidad.

Fruto de ello, estamos en marcha, no necesitamos decir “vamos a hacer”, porque “estamos haciendo”. Queremos una Provincia que se destaque por la calidad del dialogo público-privado, y por la ejecutividad de sus proyectos.

En ese camino, estamos fortaleciendo cadenas de valor ya consolidadas; como es la cadena Foresto Industrial, al programar el Parque Industrial de Santa Rosa, o con la gestión de la planta elaboradora de energía con biomasa, y la asistencia financiera a tasa subsidiada a los productores que procesan madera.

Como la refuncionalización territorial de las plantas de empaque hortícola en Santa Lucía, que al tiempo que contribuye con el sector, favorece la calidad de vida.

Estamos ampliando la posibilidades agrarias reales, porque al dotar de energía eléctrica la zona norte de la Provincia (Beron de Astrada, San Miguel, Gral. Paz) posibilitamos un gran desarrollo agro-industrial.

Estamos impulsando la industrialización de nuestra producción al localizar en la zona de Mocoretá- Monte Caseros una planta productora de jugos, facilitado por un crédito de 4 millones de dólares del Prosap.

Hemos decidido además de sumar experiencia en la cooperación público-privada, hacerlo con un criterio moderno; por eso cada cadena de valor tendrá su proceso planificador ajustado a sus necesidades. No se trata de juntar datos, se trata de salir del coyunturalismo que nos ahogaba.

Y además, todas las áreas productivas plantean objetivos concretas. Por eso, estamos asistiendo a más de mil pequeños productores con el plan de pasturas; multiplicando los remates ganaderos o fortaleciendo los cinturones verdes de las ciudades. No sólo nos interesa el nivel de actividad económica, sino que como una savia llegue a cada paraje, a cada potrero, a cada local comercial e incluso a cada casa, ya que para nosotros el Correntino, Hombre y Mujer, es un Ser Humano, es una persona de carne y hueso, sujeto de derechos y obligaciones , y como tal, su dignidad debe ser respetada sagradamente.

La infraestructura, el crédito la asistencia técnica, la cooperación público privada y el manejo gerencial se integran y complementan.

Nuestro Proyecto de Provincia tiene por norte el desarrollo sostenible; y ello implica el buen uso de nuestros recursos naturales. Sin aprovechamiento de los recursos, las posibilidades de empleo, cohesión social y distribución de capacidades quedan mutiladas, y como ha sucedido hasta ahora muchos comprovincianos migrarán. Con un mal aprovechamiento de los recursos, las cosas tampoco mejorarán.

La opción es clara: legislar con prudencia, estimular la inversión, controlar desde el Estado con profesionalidad y neutralidad e impulsar modelos de intervención cuyos beneficios se adviertan en el territorio y sean sostenibles en el tiempo.

ES LÍCITO EN ESTE PUNTO PROPONERNOS TODOS, UN GRAN ACUERDO PROVINCIAL QUE RECLAME PARA LA PROVINCIA UNA POLÍTICA DE PROMOCIÓN NACIONAL. DIGAMOS SIMPLEMENTE: QUE ES JUSTO PARA CORRIENTES, Y QUE ES POSIBLE HACERLO AHORA. TRABAJEMOS EN ESE SENTIDO SIN MEZQUINDADES.

NUESTRO SEGUNDO EJE es la búsqueda de la Calidad de los servicios públicos. Somos conscientes que los servicios públicos son deficitarios. No es un déficit natural ni tolerable, revertirlo nos llevará tiempo, recursos económicos, consenso, estudios.

Pero la Provincia pujante que soñamos requiere de educación pública de calidad, de salud de calidad, de promoción económica bien hecha, de buenos estándares de seguridad, de servicios sociales sostenibles, de vivienda pública, de oferta cultural, etc.

Y todas esas tareas hay que enfrentarlas con ilusión y deseo; no hay que hacer las cosas formalmente o de cualquier manera; tenemos que hacerlo bien y cada vez mejor. La calidad no es un atributo del lujo, es una necesidad del funcionamiento civilizado de las organizaciones.

Las bases de la transformación del servicio público deben ser Acciones Políticas. El Estado correntino debe ser reconcebido, y la calidad debe estar en el centro de ese proceso.

Para ello, primero estamos avanzando en un proceso de re-equipamiento y adecuación de edificios. Ya está en marcha un programa de 90 millones de pesos para la infraestructura escolar que entendemos prioritarias.

Luego iremos avanzando en la gestión propiamente dicha, porque una Provincia que puede generar productos de alta calidad, puede darse una Administración Pública profesional, eficiente y con vocación de servicio social.

No debemos reformar el Estado por cuestiones fiscales, ya hemos hecho los deberes, somos ordenados y eso nos da solidez. Lo debemos hacer por convicción, porque siempre hemos creído en la buena administración y tenemos una trayectoria que nos avala.

La disciplina fiscal no ha sido a expensas de los trabajadores públicos; nuestra Provincia ha puesto orden y eso ha permitido una profunda recuperación salarial.

El sostenimiento de la política de calificación de nuestros recursos humanos será permanente, gradual, equitativa y sólida. No somos un gobierno efectista, somos un gobierno que trabaja por el bienestar de la gente.

Tenemos contabilizado 800 millones de pesos de deuda que el Estado Federal mantiene con la Provincia, no hay ningún motivo para que esa situación se sostenga; no existe emergencia ni hay riesgo alguno; por eso un nuevo aporte de madurez y calidad en las relaciones políticas es pautar un programa de cancelación de dicha deuda.

Pero nuestro sueño no culmina en esa visión contable del Estado. Sabemos que el desarrollo necesita tanto de empresarialidad de riesgo, innovación e inversiones, como de infraestructuras, reglas claras e inversión social, y esto último no es tarea del mercado, sino de un Estado inteligente.

Queremos cambiar el Estado para gestionar mejor las políticas públicas, y para que los correntinos puedan perfeccionar su condición ciudadana.

Nuestro Estado debe ser mejor. Debemos educar mejor, atender mejor al desválido, asistir mejor a la producción, construir mejor, prevenir las enfermedades, prevenir la inseguridad.

Por ejemplo, del millón de correntinos que somos, 350 mil están en el sistema educativo; el 85 % de ellos en el sistema público. Tenemos la enorme oportunidad de que la Educación sirva para hacer una Provincia más justa y competitiva, más cívica, sostenible, limpia, y responsable.

La calidad de los servicios públicos siempre refleja valores. Cuando un servicio público se presta deficientemente, se abre la puerta de la corrupción o del abandono del ciudadano más débil.

Para que no nos suceda, avancemos sin pausa, sabiendo que la tarea es ardua y con buen ánimo para sostener una marcha transformadora, que sin dudas es larga. Avancemos con decisión y sin traumas, valorando los esfuerzos y manteniendo la mirada alta.

Ya estamos trabajando, silenciosamente. Lo estamos haciendo en cultura, educación, salud, energía, en nuestro Banco Público, en Producción, Deportes, Seguridad, Trabajo.

Lo estamos haciendo a nuestro modo, con sensatez, sin despilfarrar y también aprendiendo todos en el camino, que tal vez es lo más importante.

EL TERCER EJE de nuestra acción es la valoración de nuestras mejores tradiciones culturales y comunitarias y la búsqueda de un modo de vida que nos satisfaga plenamente.

Nuestra política cultural y de cohesión social no es un anexo secundario, consideramos central desde el Estado crear condiciones de pertenencia y cohesión, desde la escuela hasta la promoción social, desde las fiestas populares, hasta los museos.

Así como sentimos los correntinos el orgullo de ser lo que somos, nuestra política cultural y comunitaria debe también orientarse a dotar a los ciudadanos de herramientas para su conocimiento y proyección.

Podemos ser mejores cada día; mejores ciudadanos, más comprometidos, más críticos, más solidarios. Confío en que los representantes públicos podemos ser mejores, los empresarios, los trabajadores, los hombres de Leyes, los técnicos, los empleados públicos, los educadores. Todos podemos ser mejores.

Nuestra cultura nos debe impulsar en el sentido del orgullo y también en el de la superación. A esos fines dimos vida al Instituto Provincial de Cultura, por el lugar referente que las políticas públicas culturales deben tener.

La Provincia que soñamos es pujante, es abierta, es generosa, es innovadora. Por eso necesitamos de la cohesión social. No podemos prescindir de nadie; el millón de correntinos debe ser de la partida, todos al mismo tiempo: Ciudadanos únicos y parte de un sentimiento colectivo que los contiene y abarca.

EL NUESTRO ES UN PROYECTO CENTRALMENTE SOCIAL Y CULTURAL; a) SI QUEREMOS UNA ECONOMÍA PUJANTE ES PORQUE NO QUEREMOS CORRENTINOS EXCLUIDOS, b) SI QUEREMOS UN ESTADO QUE FUNCIONE ES PORQUE SABEMOS QUE NO HAY ECONOMÍA QUE PROSPERE EN EL DESORDEN PÚBLICO; c) PERO EL FIN ÚLTIMO DE NUESTROS ESFUERZOS Y DESVELOS, ES CONSTRUIR UN MODO DE VIDA QUE NOS SATISFAGA, EN EL QUE PODAMOS SENTIRNOS INTEGRADOS.

No hacemos caminos y puentes, redes eléctricas, escuelas y viviendas, hospitales, para batir récords; hacemos porque queremos que los ciudadanos correntinos tengan el sostén material que necesitan, para desplegar sus potencialidades y desarrollar sus proyectos de vida.

Construir un clima público, que facilite la realización como personas de nuestros hombres y mujeres, incluye trabajar por el dialogo social, estimular la tolerancia, fomentar la sensibilidad, promover sobre todo a los ciudadanos más débiles, sin reclutamientos. En definitiva, materializar una democracia de calidad, plena de sentido.

Soñamos un modo de vida sin pobreza y sin explotación; por eso estamos promoviendo un movimiento amplio de redes sociales con eje central en el Estado, en el sentido de dignificar el trabajo del hombre y la mujer, promoviendo el empleo registrado y luchando contra el empleo infantil.

Lamentablemente los números son impiadosos. No hay que esconder bajo la alfombra lo que no nos gusta. La multiplicidad de programas provinciales y nacionales, en algún sentido, pueden ser tomados como la medida de nuestro fracaso; porque reflejan que la pobreza no es un fenómeno marginal sino central de nuestra sociedad.

No debemos permitir su naturalización. No estamos ni debemos estar condenados a la pobreza, ni tenemos permiso para su manipulación. La pobreza existe y nos interpela; combatirla con acierto debe ser también en base a un Acuerdo de Estado. Todos los argentinos debemos sumarnos a la causa, y para ello la convocatoria debe ser generosa.

No creemos en otra forma de lucha contra la pobreza. Sin competitividad económica, la pobreza es un lastre insuperable; con competitividad económica, la pobreza se supera desde la decisión política.

POR ÚLTIMO QUIERO DECIRLES, DESDE MI SENTIR PERSONAL:
Vamos a honrar el esfuerzo hecho por los correntinos!!

Lo que hemos iniciado es apenas el comienzo de una tarea que nos supera; que nos convoca como generación; pasar de aquella cultura que nos ha desgarrado, a otro modo de convivencia social. Estamos obligados a iniciar una época de aportes, de acuerdos y de actitud productiva.

A lo largo de la vida y en los diversos roles que me ha tocado tener responsabilidades, he vivido situaciones muy diferentes; he enfrentado elecciones en situaciones muy difíciles, he gestionado sin mayorías legislativas, he liderado una transición provincial crítica en medio de una crisis nacional tremenda, he cerrado ese proceso con un notable respaldo popular. Padecí censura, injuria y calumnia. Esa larga experiencia me indica que no debemos aflojar y que estamos en el camino correcto. Camino a transitar, sin resentimiento, odios, ni rencores, como lo he hecho siempre, gracias a la educación que me brindaron mis padres, mis maestros, lo que aprendí en la calle y en la relación con los demás.

Este camino que estamos transitando, lo estamos haciendo bien, invirtiendo lo mejor de nosotros.

Este transitar está acompañado por toda una sociedad que ha decidido mirar hacia adelante, a exigirse y expresar en los hechos y a voz en cuello: ¡ARRIBA CORRIENTES!

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