En pediatría, el concepto de necesidades especiales suele aplicarse a los niños con discapacidades del desarrollo neurológico complejas y de larga evolución.
Sin embargo, en un contexto más amplio, otros niños también tienen necesidades a largo plazo. Por ejemplo:
Los niños con enfermedades medicas crónicas, como fibrosis quística.
Los “niños necesitados” que requieren prestaciones sociales adicionales por malos tratos o abandono.
Los niños con problemas emocionales o de conducta, como trastorno del espectro autista.
Niños con trastornos educativos. Ej.: trastornos de aprendizaje, trastornos de hiperactividad con déficit de atención (THDA).
Todos ellos necesitan atención coordinada y de carácter multidisciplinario.
Las necesidades especiales en un niño pueden presentarse en cualquier momento de la infancia o de la adolescencia.
En el periodo prenatal: hay sospechas clínicas por su historia familiar, pruebas de sangre de detección precoz y ecografías.
Periodo perinatal: secuela de asfixias en el parto, o encefalopatía neonatal prematuros: anomalías cromosómicas.
Lactancia: retraso en el desarrollo motor, alteraciones visuales o auditivas, retraso general del desarrollo.
Preescolar: retraso del habla y del lenguaje, marcha anormal.
Escolar: hiperactividad, dislexia, trastorno de la atención.
A cualquier edad: tras una enfermedad grave del sistema nervioso central( meningitis, traumatismo de craneo, drogas, etc.).
Dra. Cristina Airaldi
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