La meningitis causa muerte, discapacidad y destrucción familiar por todo el mundo.
No respeta fronteras, edad o riqueza. Joven o viejo; al norte, al sur, al este o al oeste; pobre o rico todos somos vulnerables a ella, especialmente los niños pequeños.
El número de casos de meningitis bacterianas varía enormemente según cada país, y algunas formas son epidémicas en los países del África sub-sahariana.
La información disponible sobre los signos y síntomas de la enfermedad y las acciones a tomar son también muy variables, y lo mismo sucede con el uso de las vacunas disponibles hoy en día – de forma que los niños y los adolescentes mueren o quedan con serias discapacidades sin necesidad.
La meningitis es una emergencia médica caracterizada por inflamación de las delgadas membranas que rodean y protegen el cerebro y la médula espinal: las meninges.
La causa más frecuente de este tipo de inflamación son los virus, es decir, cuando a las meninges y al líquido cerebroespinal llegan estos microorganismos por medio de la nariz o la boca.
La meningitis causadas por bacterias, hongos, medicamentos y otras enfermedades es poco frecuente pero potencialmente letales. Estos tienden a bloquear los vasos sanguíneos en el cerebro conllevando a derrame y lesión cerebral y de otros órganos.
La meningitis progresa con mucha rapidez, por lo que el diagnóstico y tratamiento precoz es importante para prevenir secuelas severas y la muerte.
Aunque cualquier persona puede contraer meningitis, es una enfermedad especialmente frecuente en niños y personas inmunosuprimidas.
Los síntomas más frecuentes son dolor de cabeza y rigidez de la nuca que tiende a asociarse con fiebre, intolerancia anormal a la luz y/o a los sonidos y trastornos de la consciencia. A menudo, especialmente en niños pequeños, sólo se presentan síntomas inespecíficos, tales como irritabilidad y somnolencia. Si se presentan erupciones en la piel, puede indicar un una forma particular de meningitis, como la meningococcemia.
La meningitis puede potencialmente causar consecuencias serias de larga duración, como sordera, epilepsias, hidrocefalia o déficit cognitivo, en especial en pacientes en quienes el tratamiento se ha demorado. Ciertas vacunas pueden prevenir algunas infecciones bacterianas que causan meningitis.
Sea lo que sea lo que hagas ese día, asegúrate de preguntar a tu médico sobre la vacunación contra la meningitis.
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