Quien haya pasado una tarde al aire libre tendrá la sensación de que los insectos se volvieron resisitentes a cuanto producto pueda aplicarse. Un biólogo explicó a Infobae.com que "no existe un repelente universal, contra las más de 200 especies de mosquitos que habitan en el país"
Valeria Chavez (Infobae.com)
Las tardes de verano son una invitación a pasarlas al aire libre, a disfrutar de una pileta, a merendar bajo el sol... todo eso si los tediosos mosquitos lo permiten. Parecería ser que por más que alguien se "bañe" en repelente, a ellos nada les importa en pos de cumplir su objetivo: picar.
Es que se trata de los insectos llamados hematófagos, aquellos que "necesitan sangre para vivir".
"El repelente es una sustancia química que desorienta al insecto que necesita sangre, pero en realidad lo que lo atrae es el ácido láctico que se elimina con la transpiración, el dióxido de carbono de la respiración y la temperatura corporal", explicó a Infobae.com el biólogo Nicolás Schweigmann.
Así es que, según el profesional, "por un lado habrá que analizar si el estado fisiológico no es más fuerte que el repelente". Y por otro lado -aseguró el profesor de la facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA e investigador del Conicet- "cualquier sustancia química no funciona contra todo tipo de mosquito".
Por ejemplo, en la Capital Federal hay más de 30 especies de ese insecto, en Provincia más de 60 y en la Argentina más de 200.
"No existe un repelente universal", remarcó Schweigmann, para quien "el repelente funciona depende el estado fisiológico; algunas personas atraen más al mosquito, otras menos y en otras no funciona el repelente".
En ese sentido, destacó que el ecosistema también depende y contó la experiencia personal de que un repelente le "funcione" en plena epidemia de dengue en Chaco y no en Misiones.
Así es que, para el biólogo, "no existe la química mágica", por lo que "no es que los mosquitos se hacen más resistentes si no que depende de muchos factores".
Schweigmann destacó que "no existe repelente específico para el mosquito de dengue; en una situación epidemiológica no se puede engañar a la gente".
"Tampoco se puede vivir bañado en repelente. Hay que ser conciente de que la exposición continua a sustancias químicas en la piel produce alteraciones en la piel, dado que no existe producto químico inocuo", subrayó el especialista, quien aconsejó: "La casa tiene que estar limpia; debería existir el hábito de la limpieza que no permita que se formen criaderos en los hogares".
"Generalmente disfrutamos de las piletas tres meses al año y en invierno tenemos un recipiente gigantesco lleno de agua, que sirve de alimento para las larvas", ejemplificó acerca de una de las conductas cotidianas que deberían modificarse.
Qué ocurre con los insecticidas
Diferente es lo que ocurre con los insecticidas", aseguró Schweigmann.
El biólogo explicó: "El insecticida se tira y mata a casi todos. Ahora, los que quedan es porque fueron resistentes y dejarán descendencia resistente".
El profesional remarcó que "está demostrado por trabajos científicos que el insecticida genera resistencia en el insecto".
lunes, 18 de enero de 2010
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