Los padecimientos lumbares, son uno de los más frecuentes del hombre, su posición bípeda le resulta excesivamente cara, el paso de cuadrúpedo a ella ha exigido y conllevado una serie de adaptaciones anatomofuncionales que todavía no ha llegado a su plenitud y perfección.
Las nuevas condiciones biomecánicas de una región que no estaba preparada para soportar pesos, han dado a lugar que el 80% de la población haya padecido lumbalgias en algún momento de su vida.
La complejidad en el funcionamiento de la columna vertebral hace que este elevadísimo número de enfermos haya sido objeto de consultas de múltiples especialistas médicos: traumatólogos, neurólogos, neurocirujanos, ortopedistas, pediatras, hematólogos, radiólogos. Psiquiatras, reumatólogos y médicos laboristas, han tenido la atención en algún momento de estos pacientes.
Por otra parte la cronicidad de muchas afecciones de la región, al igual que en muchos otros casos dentro de los terrenos médicos, ha hecho de estos enfermos verdaderos peregrinos de todo tipo de mitos y promesas, curanderismos y esperanzas milagrosas. En numerosas ocasiones tales padecimientos ceden espontáneamente sin ningún tipo de tratamiento, de alguna manera la sabia madre naturaleza contribuye al éxito de los impostores o ignorantes en la materia.
Tanto los lumbagos como la ciática constituyen en si un síndrome doloroso. No son ninguna enfermedad determinada sino consecuencia de una multitud de ellas, de ahí a que sean atendidas por tan elevado número de especialistas.
La amplia gama de enfermedades potencialmente capaces de provocar sufrimientos lumbares ha contribuido al estudio un tanto incompleto del problema. Los errores de diagnostico son frecuentísimos, los dictámenes de gran cantidad de colegas son vagos e indefinidos, la misma universidad se preocupa muy poco de la formación de los estudiantes de medicina en el tema de las lesiones lumbares.
Con extraordinaria frecuencia el médico laborista se ve enfrentado con el arduo problema de tratar trabajadores cuya principal molestia es el dolor de espalda. La lumbalgia es tan frecuente que se estima que entre el 60 y el 90% de la población laboral adulta lo padece en algún momento de su vida, siendo la incidencia anual el 5% de la población total, sin embargo solo el 1% de los pacientes con dolor lumbar agudo tiene síntomas de compromiso radicular.
Estas cifras implican un costo extremadamente alto en la perdida de horas laborales y gastos en procedimientos diagnósticos y tratamientos. Un punto importantísimo que se deriva de lo anteriormente mencionado es el problema económico que acarrea y porque no decirlo el problema social que estos pacientes representan. Si se repasaran los archivos de la conexión de las invalideces laborales transitorias o permanentes por este tipo de padecimiento la impresión sería demasiado confusa.
Algunos trabajadores no se curaran ni podrán volver a trabajar, habrá otros que diagnosticados y tratados convenientemente se reintegraran en condiciones adecuadas al mundo laboral solo depende de su asistencia médica.
El médico laborista y en particular el especialista en dolor, necesitan saber más acerca de las causas y mecanismos fisiopatogénicos de estos episodios de dolor agudo dorsal, el conocimiento de estas afecciones deben contribuir a una correcta indicación terapéutica para ayudar a establecer un buen pronostico evolutivo del problema, permitiendo aconsejar al trabajador y su empleador sobre las medidas adecuadas para evitar que la enfermedad derive a la cronicidad, probablemente persistente que suele ser causa del ausentismo laboral recurrente o sino por lo menos de pérdida significativa de la eficiencia del trabajador.
Colaboración: Dr. Héctor Manuel Becerra García
Presidente de la Sociedad Correntina para Estudio y Tratamiento del Dolor
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