Para aprender a leer exige requisitos previos madurativos, que en términos generales consideraríamos.
Atención- Habilidad para memorizar- Organización en el pensamiento- Madurez en la motricidad- Nivel optimo en la direccionalidad- Buena discriminación visual y auditiva entre otras.
La alteración y la desorganización, de varios de los enunciados anteriormente, estaríamos frente a dificultades como:
Cortos periodos de atención, salta de una actividad a otra con facilidad, lo que entorpece la elaboración y el almacenamiento de la información.
Persiste en jugar en tiempos prolongados, posponiendo las tareas áulicas
Le cuesta desarrollar las tareas del hogar por cuanto la lleva muy incompleta.
Olvida con facilidad consignas verbales
Dificultad para esperar. Su ansiedad lo hace irrumpir con frecuencia.
La importancia de la motricidad: el niño aprende desde su cuerpo: la coordinación adecuada, aplicado en un espacio determinado, lo lleva a la adquisición de las habilidades motrices.
Tanto en nivel físico como expresivo, (movimientos de manos y manipulación de los dedos) como las graficas, van conformando la disponibilidad corporal y espacial, antesala a la iniciación de la lectoescritura. Los movimientos corporales contribuyen a desarrollar las funciones mentales como la inteligencia, el lenguaje oral y escrito, concentración, memoria, son los más importantes entre otros mencionados.
Intervenciones tempranas: La clínica psicopedagógica sugiere a los padres, a la intervención temprana, esto facilitaría, si no evidencia un trastorno prematuro, categorizar el mundo que los rodea desde sus percepciones sencillas.
Toda construcción mental deviene de un intercambio del Yo y el Medio. Ese niño se incorpora en una familia, está aprendiendo a utilizar las vivencias para volcarlas en la construcción de su inteligencia. Lo construye con su cuerpo, con sus emociones, con todo lo que interactúa.
Cuando el niño no aprende a leer, asistir a la escuela se vuelve desagradable, activa mecanismo como enfermarse, aislarse en los recreos, incomunicarse con el docente y compañeros, o con dificultades en su comportamiento áulico.
La modalidad de aprender del niño esta entrelazada a la manera de aprender de la familia. Es otro aspecto a considerar cuando se dificulta llegar a la lectura y la escritura.
Muchas familias consideran que aprender es copiar: copiar, repetir, como si la mecanización fuera una manera de aprender. Esos mitos dibujan involuntariamente, atajos que terminan con malestares en el niño y una incertidumbre entre familia y escuela.
Actualmente las dificultades en aprender a leer, se está agudizando. Se observa un incremento en el desinterés para la práctica de la lectura, y es más notable en el lenguaje oral, no logran comunicar sus ideas con claridad
Teresa Santoro de Frechou
Psicopedagoga M.P. 040
lunes, 12 de abril de 2010
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