Este fin de semana, manos anónimas destruyeron las gigantografías que la Municipalidad de Corrientes instaló en el sector donde anteriormente se ubicaban las antiguas parrillas en la costanera General San Martín, destrozando con ello también los maravillosos paisajes que se veían reflejados en los carteles.
Ubicadas en un sector estratégico de este paseo tradicional, a fin de recrear la visión de una costanera para todos, y para reivindicar las mejores tomas fotográficas de distintos puntos de ese lugar de la ciudad que es un orgullo para los correntinos, estas imágenes se hallan colocadas sobre las derruidas chapas de zinc que bordean el perímetro de una obra particular paralizada en pleno espacio público.
Los vándalos no solo se contentaron con romper a mansalva los plásticos que sirven de base a las gigantografías, sino que también arrancaron de cuajo y perforaron con cortes grandes extensiones de la tela que los sustentaba, en una verdadera acción realizada con saña y extremada violencia.
Para los transeúntes que recorren la costanera, resulta hasta repulsivo observar la malicia que se empleó en esta acción vandálica contra el patrimonio urbano, teniendo en cuenta que la colocación de la llamativa y novedosa cartelería fue con la intención de no exponer a la vía pública la precaria construcción que surge ahora por detrás, como contrastando entre la ciudad que queremos ver y mostrar, y la que algunos se empeñan en seguir viviendo.
Pero a diferencia de aquellos que con su arte iluminan los lugares donde la gente se recrea y busca la armonía, los vándalos diseminaron su resentimiento con elementos punzo cortantes que desgarraron las telas, en un espacio de más de 40 metros, dejando su sello de vergüenza propia y ajena, y a la vez estampando con su firma su propia culpa.
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