jueves, 25 de febrero de 2010

Lea el Discurso completo del Ministro Orlando Maccio al conmemorarse el 232 aniversario del Natalicio del General Don José de San Martín



Estamos reunidos junto al solar en que llegó a la vida quién, luego de una larga e intensa trayectoria, fuera reconocido por nuestra historia como el Padre de la Patria.

Y estamos reunidos, una vez más, como cada 25 de febrero, para celebrar la vida y la existencia del Gral. San Martín justamente en el día y lugar de su nacimiento.

Un gran historiador Correntino, en la primera mitad del siglo XX, uno de los que contribuyó con su obra, al reconocimiento de la legitimidad de este solar sanmartiniano, y al reconocimiento del pueblo de Yapeyú como Patrimonio Histórico y Cultural de los Argentinos, en su calidad de “cuna del Libertador”; dijo en la Celebración del Centenario de la Revolución de Mayo, las siguientes palabras:

“El hado de la selva correntina canta... que una vez se reunieron en el norte de la Patria los genios tutelares de esta región... y buenos, generosos, decidieron dar a los pueblos de la región del Plata un hombre redentor. El trópico, enamorado del propósito, buscó la cuna. La eligió en el seno de la selva misionera, allí donde el río Uruguay podría cantar el himno supremo de las predestinaciones...”_

De esa manera, un muy joven Hernán Félix Gómez, por entonces estudiante secundario, sintetizaba el pasado jesuítico y sanmartiniano del pueblo que hoy alberga esta conmemoración, y destacaba la impronta que el lugar de su cuna había aportado al futuro héroe americano.

Hoy, cien años después, en vísperas de la celebración del Bicentenario, venimos nuevamente a tributar este homenaje al Padre de la Patria en el solar que lo vio nacer, y donde disfrutó de sus años de infancia, antes de que las circunstancias de su vida, lo llevaran a España.

Allí completó su formación militar y templó su carácter, luchando contra la invasión napoleónica que desencadenó el proceso de independencia de las, entonces colonias españolas, y hoy naciones latinoamericanas.

En 1812 retornó al suelo americano portando el ideal de una Patria Grande, a la que intentó contribuir con sus luchas y sus esfuerzos. Su genio militar le permitió planificar y concretar una de las más grandes campañas militares de la historia, que iniciada en suelo argentino, terminó llevando la llama de la libertad a dos naciones americanas: Chile y Perú, naciones que hoy también lo cuentan entre sus principales héroes.

Los grandes aniversarios siempre han sido momentos de celebración, tal como ha sido el Centenario de la Revolución de Mayo. Y hoy, ante la proximidad de la celebración de su Bicentenario, quisiera invitar a todos los miembros de la comunidad educativa de nuestra provincia, a transformar esa conmemoración, en una instancia de celebración, pero también de reflexión.

Como la vida de muchos de los grandes hombres que construyeron este país, la del Gral. San Martín ha sido reconstruida desde muchas perspectivas, y señalo que: La historia del “hombre” que fue hijo, esposo y padre, fue sacrificada si se quiere, pero también, necesaria para forjar la del “héroe” digno del bronce, cuya imagen más conocida es la del consagrado militar que liberó con su ejército gran parte del suelo americano.

Por eso, en momentos como estos, de celebración y reflexión los invito a volver a las fuentes, al estudio no solo de sus hazañas, sino también de sus palabras, para que aprendamos no solamente de sus virtudes, sino también, de otros aspectos que nos hablan de su condición humana, tales como sus debilidades y sus conflictos.

Es tiempo, creemos, de recuperar la figura íntegra del gran yapeyuano, no únicamente la del genio militar, sino también, la del hombre político, la del hombre civil, y la del exiliado voluntario, que hasta el momento de su muerte, en la lejana Francia, no dejó, de pensar en su patria. Tal como lo revela su correspondencia y las memorias de todos aquellos argentinos y latinoamericanos que lo visitaron en su largo y austero exilio.

Al conmemorar la vida y la obra del Gral. San Martín, venerado por tantas generaciones de argentinos y correntinos que nos precedieron, no pretendemos desacralizar su figura, sino que, muy por el contrario, nuestra intención más profunda es hacerla aún más grande, recordando la firmeza de sus convicciones y la prolijidad de sus acciones.

Para terminar, quiero instar a todos los correntinos, en este gran aniversario que celebraremos a lo largo de todo el año, a volver sobre nuestro pasado y a reflexionar sobre él.

Creemos que esta es una tarea inexcusable, para valorar lo que fuimos y lo que tenemos; para que nos constituyamos en respetuosos guardianes de nuestro patrimonio histórico y cultural; y para que su figura y su accionar nos inspiren a la hora de encontrar los mejores caminos para continuar siempre con la mirada hacia adelante.

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