viernes, 15 de enero de 2010

TRATAMIENTO DE LA HIPERTENSION ARTERIAL La historia de un fracaso


Es muy frecuente constatar en la consulta de los pacientes hipertensos bajo tratamiento, que estos no están controlados, es decir no alcanzaron el objetivo de tener un promedio menor a 135/85 mm Hg o lo lograron transitoriamente.


En nuestro país y en muchos lugares del mundo solo uno o a lo sumo dos de cada diez pacientes, están correctamente tratados, controlados y con la presión normalizada.

Veamos ahora cuáles son los motivos de tan rotundo fracaso en el tratamiento de la enfermedad más frecuente que afecta a la población mundial.

Desde el punto de vista médico, hemos podido reproducir en estudios epidemiológicos hechos en nuestra ciudad, los mismos resultados obtenidos en otros países, donde se comprobó que los tratamientos son frecuentemente insuficientes. El 70% de los pacientes están tratados con un solo fármaco y la realidad puesta de relieve en todos los estudios hechos en hipertensión muestra que se necesitan entre 2 a 4 fármacos para lograr mejores resultados.

Desde el lado de los pacientes, la cosa es aún más complicada, debido al “alarmante bajo cumplimiento” de los tratamientos instituidos y escasos controles médicos.

Solamente 10% cumple con la dieta y 20% con la actividad física., y si recordamos que la clave del éxito en este tipo de enfermedades está en lo que el paciente pesa, camina y come regularmente, podemos entender los pobres resultados. Claro que esto tiene un alto costo para los hipertensos que no hacen bien las cosas, y es así como los eventos cardiovasculares como accidentes cerebrovasculares, infartos, insuficiencia cardíaca, fallo renal, etc, hacen estragos en nuestra sociedad.

EL DILEMA DE LA SAL
La participación del sodio (sal de los alimentos) en la hipertensión arterial incluye dos aspectos esenciales: como elemento preventivo de la enfermedad o como factor importante en el tratamiento.

El hombre es el único animal que cocina sus alimentos y le añade sal, con lo que ingiere 10-35 veces más que sus necesidades diarias.

La sal forma parte de nuestra vida y es indispensable para un buen equilibrio alimentario,sin embargo, las necesidades de sal son muy reducidas, una cantidad de sodio razonable en la dieta es de 2 gramos diarios, lo que equivale a la cantidad de sodio que cabe en una cucharita de té o en un capuchón de lapicera bic.

Sin embargo, el consumo de sal en nuestra dieta habitual, incluso en hipertensos es superior a 9 gramos de sal, y en algunas zonas el consumo supera incluso los 20 gr de sal al día. No obstante el sodio que consumimos en nuestra vida diaria no proviene exclusivamente de la acción directa de añadir sal a las comidas, sino que debemos saber que todos los alimentos llevan sodio en su propia composición natural.

Por otra parte, el sodio se utiliza en infinidad de alimentos como conservante. Por ejemplo, los alimentos enlatados, los embutidos y los precocinados llevan sodio para su conservación, aunque a veces el no notar sabor salado en estos alimentos nos puede hacer pensar que no lo contienen; esto es así porque el sabor salado lo proporcionan la combinación de sodio y cloro ( que es la composición de la sal común).

Reducir el consumo de sal es la medida más inmediata y popular que tomamos cuando se nos diagnostica hipertensión. El sodio que ingerimos proviene en su mayor parte de los alimentos procesados por el hombre (sal invisible), ya que son especialmente ricos en sal. Ejemplos: las sopas y vegetales enlatados, muchos de los alimentos cocinados, las comidas pre-elaboradas, sopas de sobre y embutidos tienen una gran cantidad de sal. Otros productos que contienen mucho sodio y se utilizan frecuentemente en nuestra cocina son los intensificadores del sabor, tales como, caldos, salsas de tomate, mostaza, mayonesas etc.

EL SOBREPESO
A medida que aumenta el peso se elevan las cifras de presión arterial y esto es mucho más evidente en los menores de 40 años y en las mujeres. De todos los factores que influyen sobre las cifras de presión arterial, el aumento de peso y excesivo consumo de alcohol son los más relevantes, teniendo una importancia superior a la ingesta de sal.

La reducción de peso es uno de los factores más importantes del tratamiento de la hipertensión arterial, es más, en muchos pacientes constituye el único tratamiento, no siendo necesario añadir medicación. Una pérdida de 5 Kg, aunque no se alcance el peso ideal ,repercute de forma importante en el control de la presión arterial, mejora la respuesta del tratamiento farmacológico de la hipertensión, mejora la tolerancia a la glucosa, contribuye a regular los niveles de colesterol y ácido úrico, facilita el trabajo cardíaco y la respiración, disminuye la sobrecarga de la articulaciones.

¿Cuánto peso debo perder?

Hay que pensar en objetivos realistas , desde el punto de vista médico se considera que una pérdida del 5 al 10% del peso corporal inicial

conseguido en un tiempo promedio de 6 meses y mantenida a largo plazo es suficiente para controlar muchas de las patologías asociadas con la obesidad (hipertensión arterial , diabetes, arteriosclerosis).

ACTIVIDAD FÍSICA

Al igual que ocurre con la pérdida de peso, pequeños aumentos de la actividad física aeróbica, son favorables desde el punto de vista cardiovascular,y mejoran la hipertensión. Caminar es la forma básica de ejercicio y es altamente recomendable para la salud.

El ritmo debe ser más rápido que el paseo normal, con pasos largos y moviendo bien los brazos y al menos durante tres horas a la semana, aunque inicialmente pueden ser 20 minutos 3 veces por semana. Otros ejercicios pueden ser: nadar, bicicleta, correr, etc.

Otros beneficios de hacer ejercicios son: más energía y capacidad de trabajo, aumenta la vitalidad, ayuda a combatir el estrés, mejora la imagen que uno tiene de sí mismo, incrementa la resistencia a la fatiga, ayuda a combatir la ansiedad y la depresión, mejora el tono de sus músculos, ayuda a relajarse y a encontrarse menos tenso, quema calorías, ayudándole a perder su peso de más o a mantenerse en su peso ideal, mejora el sueño, etc.

Por lo tanto, si no tiene la presión frecuentemente por debajo de 135/85 mm Hg debería seguir estas sugerencias: Pregúntese si está haciendo bien las cosas con la dieta, el peso y la actividad física. Si no es así, corríjalo, y si lo está haciendo bien y su presión no está casi siempre normal, consulte a su médico y plantee la falta de control de su presión, sobre todo si está tomando un solo fármaco

Dr De Cerchio Alejandro
Departamento de Hipertensión Arterial
Instituto de Cardiología J. F. Cabral

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