Mide 78 kilómetros de largo y presenta serios riesgos para los ecosistemas antárticos; podría incluso alterar las corrientes marinas
Un gigantesco iceberg de 78 kilómetros de largo, con una superficie de 2550 kilómetros cuadrados ?veinte veces la superficie de la ciudad de Buenos Aires?, se desprendió del continente antártico y amenaza con dañar el sensible ecosistema de esa región y con alterar las corrientes oceánicas de todo el mundo.
La creación de este gigante de hielo es el resultado de la colisión, que se estima que ocurrió entre el 12 y el 13 de febrero últimos, de un iceberg aún más grande contra un glaciar. Tras permanecer quieto durante 18 años, el iceberg B9B, que se desprendió en 1987 de la barrera de hielo de Ross, estrelló sus 97 kilómetros de largo por 20 de ancho contra la lengua de hielo que el glaciar Mertz proyectaba sobre las frías aguas del océano Antártico.
El resultado es que este glaciar de 160 kilómetros de largo, que crece a un ritmo de 10 a 12 millones de toneladas de hielo al año, ha perdido más de la mitad de su lengua de hielo; esto dio lugar a una nueva mole de agua congelada que hoy flota a la par del iceberg B9B y crea una barrera de hielo de aproximadamente 180 kilómetros de largo, que presenta serios riesgos para el ecosistema de la Antártida.
En primera instancia, los más afectados parecen ser los integrantes de las grandes colonias de pingüino emperador, que se verían forzadas a recorrer mayores distancias en busca del alimento que antes encontraban en las aguas que hoy ocupan las dos moles de hielo.
Como señaló Neal Young, experto del Centro de Investigación Cooperativo sobre Ecosistemas y Clima Antártico, de Australia, "ésta es un área muy activa para la producción de algas, especialmente en primavera". Su disrupción tendrá un impacto seguro sobre el ecosistema que se asienta en estas algas.
"La posición futura de estos dos icebergs gigantes podría afectar la circulación oceánica y el equilibrio de los ecosistemas dentro de esta región", advirtió ayer un comunicado de prensa del Centro Nacional de Investigación Científica, de Francia, cuyos investigadores documentaron junto con sus colegas australianos la colisión de los hielos.
El iceberg del glaciar Mertz está entre los más grandes de los últimos años. En 2002, un iceberg de unos 200 kilómetros se escindió de la capa de hielo Ross. En 2007, un iceberg del tamaño de Singapur se desprendió de la Antártida Occidental.
La vida en peligro
La zona es importante para la creación de agua salada y densa, que es clave en la circulación oceánica mundial. Esto se produce en parte por la rápida producción de hielo marino que el viento lleva continuamente hacia el Oeste.
"La eliminación de la lengua de hielo flotante del glaciar podría reducir el tamaño de la zona de aguas abiertas, lo que podría hacer más lenta la tasa de producción de salinidad del océano y la tasa de formación de agua de fondo de la Antártida", comentó Rob Masson, científico de la División Antártica Australiana.
El científico indicó que había riesgo de que ambos icebergs se quedaran varados en bancos de arena; esto interrumpiría la creación de agua densa y salina y reduciría la cantidad que se hunde al fondo del océano.
"Podría haber regiones oceánicas que perdieran oxígeno, y entonces por supuesto moriría la mayor parte de la vida allí", dijo Mario Hoppema, oceanógrafo del Instituto Alfred Wegener de Investigación Polar y Marina, de Alemania
Agencias AP, Reuters y AFP
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