Aunque está aprobada para utilizarse hasta los 55 años, una nueva vacuna contra la bacteria que produce la meningitis apunta específicamente a controlar su diseminación en el grupo etario en que se atrinchera con cierta predilección para pasar al resto de la población: los adolescentes.
Esta nueva herramienta del arsenal preventivo contra el meningococo (Neisseria meningitidis), que se transmite a través de la tos, el estornudo o al compartir el mate, es la primera aprobada en el país contra cuatro de los cinco subtipos (serogrupos) circulantes, responsables de la meningitis meningocócica a cualquier edad.
"Aunque es poco frecuente, la enfermedad meningocócica, sobre todo la meningitis, es una de las infecciones más devastadoras en el mundo, porque sus consecuencias son muy graves", señaló ayer ante la prensa el doctor Daniel Stamboulian, presidente de la Fundación Centro de Estudios Infectológicos (Funcei) y director de Fidec, una ONG con sede en los Estados Unidos para la lucha contra las enfermedades infecciosas en países emergentes.
La meningitis es una infección que produce inflamación en las membranas (meninges) que recubren el cerebro y la médula espinal. Aunque se "activa" en menos del 1% de los huéspedes de la bacteria, que se encuentra en la nariz y la garganta de hasta el 20% de la población sana, lo hace con gran virulencia.
Los primeros síntomas son similares a los de un resfrío, pero en 24 horas se vuelve tan invasiva que puede causar la muerte (ver infografía). Se estima que 1 de cada 5 sobrevivientes queda con secuelas graves permanentes, que van desde daño cerebral o problemas de aprendizaje hasta pérdida de la audición. Además, la bacteria puede producir también una infección sanguínea fulminante (septicemia).
Los cinco serogrupos que afectan al ser humano son A, B, C, W135 e Y. La nueva vacuna sólo deja fuera el B, que con el W135 -el más común en los adolescentes- son actualmente los más prevalentes en nuestro país.
"Los serogrupos se van modificando de manera imprevisible. En la Argentina, desde el 2006 está aumentando mucho la circulación del W135, que desde el año pasado casi iguala al B", explicó ayer el doctor Alejandro Ellis, prosecretario del Comité Nacional de Infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y profesor de Epidemiología de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral.
En 2008, se notificaron 280 casos de enfermedad neumocócica, pero los expertos estiman que es un subregistro de unos 400-500 casos por año. Los menores de un año son los más vulnerables y el calendario nacional de vacunación incluye dos dosis de una vacuna contra el serogrupo C a partir de los 2 meses de edad, con un refuerzo a los 2 años.
Pero la Organización Mundial de la Salud recomienda proteger también a los adolescentes, porque la vigilancia epidemiológica demuestra que son los responsables de la transmisión de la bacteria al resto de la población. "Tienen conductas particulares que los diferencian -precisó Ellis, padre de tres adolescentes-. Comparten vasos, besos, el mate... y eso aumenta la probabilidad de que sean portadores del meningococo en las fauces y, también, de que lo diseminen."
La nueva vacuna incluye una proteína que actúa como "transportadora" y que, en contacto con el azúcar (polisacárido) de la capa externa del meningococo, mejora la capacidad del sistema inmunológico de reconocer ese polisacárido como un "invasor" que debe atacar. Este entrenamiento de la respuesta inmune le permitirá al organismo defenderse de la bacteria.
La vacuna polisacárida conjugada, que debe indicar el médico, está diseñada para aplicarse en una sola dosis, en el brazo. Su costo es de 398 pesos y, según informó el laboratorio que la produce (Novartis), las obras sociales y las prepagas cubren entre un 40 y un 80 por ciento de su valor.
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