Laura Serra
LA NACION
La oferta suena generosa y aspira a dar un vuelco en la discusión del presupuesto 2011: la UCR instó ayer al oficialismo a que no clausure el debate del proyecto en el Congreso y, a cambio, no sólo le ofrece contribuir al quórum en el recinto: propondría, incluso, aprobar el texto oficial en general -imponiendo luego modificaciones en algunos artículos- para que el Gobierno cuente con la llamada "ley de leyes" el año próximo.
El cambio de actitud de la UCR se precipitó después del escándalo que estalló, el día anterior, en la Comisión de Asuntos Constitucionales, que archivó las denuncias sobre supuestas ofertas del Gobierno a diputados opositores para favorecer la aprobación del presupuesto oficial. El oficialismo aprovechó el bochornoso papelón, que incluyó una bofetada de la peronista disidente Graciela Camaño al ultrakirchnerista Carlos Kunkel, como excusa para clausurar la discusión y culpar a la oposición de dejar sin presupuesto al Poder Ejecutivo.
Pero la UCR redobló la apuesta ayer. "Si el Gobierno quiere tener presupuesto y no quiere victimizarse, que convoque a la Comisión de Presupuesto para sacar dictamen -enfatizó ayer el jefe del radicalismo, el senador Ernesto Sanz-. Si revisa su posición, nosotros daremos quórum. Si no convoca a la comisión, quedará en evidencia que el Gobierno no quiere el presupuesto y que pretende prorrogar el de este año manejándose con superpoderes". La propuesta más audaz de la UCR no es tanto el compromiso de dar quórum a un eventual nuevo debate del presupuesto, sino la posibilidad, incluso, de aprobar en general el texto oficial, aunque reservándose luego la facultad como oposición de utilizar su mayoría para incorporar cambios en el articulado, durante la discusión del proyecto en particular.
Esos cambios, insistió Sanz, deberían ser cuando menos dos: acotar el uso, por parte del Gobierno, de los superpoderes para reasignar los recursos públicos a discreción y la asignación de los excedentes de la recaudación a la suba de las jubilaciones.
"Si el oficialismo abre el debate, no descartamos [avalar la iniciativa en general]. Pero primero tenemos que discutirlo con el socialismo y GEN", indicó Sanz.
En efecto, la UCR no quiere jugar sólo esta instancia y busca que al menos sus socios electorales se sumen a la jugada. El diputado alfonsinista Ricardo Gil Lavedra, próximo jefe de bloque de la UCR, ya comenzó a motorizar las conversaciones.
"Le sacamos el discurso al Gobierno: ya no podrá culparnos de que le retaceamos el presupuesto. No tendrá excusas", insisten los radicales.
La respuesta oficial
En el oficialismo siguen atentos los movimientos opositores. "Nuestra decisión, por ahora, es cerrar el debate. Pero, claro, si parte de la oposición se compromete públicamente a aprobar en general el presupuesto, el escenario cambia. La última palabra la tendrá la Presidenta", susurró a La Nacion un importante diputado oficialista.
Los radicales saben que no será fácil convencer al resto de la oposición. No todos digieren fácilmente la posibilidad de avalar, aunque sea sólo en general, un "dibujo presupuestario" que subestima, a su juicio de manera grosera, las pautas de ingresos y de inflación para manejar los excedentes tributarios a discreción.
Ni siquiera en el propio radicalismo, donde la pelea interna entre los alfonsinistas y los que responden a Julio Cobos se halla al rojo vivo, se entusiasman demasiado con esta jugada.
"Está visto que, con la nueva conducción del bloque, se vendrá una era más acuerdista", deslizaban ayer algunos legisladores cobistas, frente a la propuesta de Sanz. Pero la conducción partidaria confía en encolumnar el partido. Podría encontrar aliados extrapartidarios en su jugada.
Al respecto, en el bloque de Pro estarían dispuestos a analizarla. Lo mismo sucede en el Peronismo Federal. "Deberíamos acordar dos o tres modificaciones medulares y garantizar la mayoría suficiente para imponerlas en el texto", se entusiasman.
Será todo un desafío. En el radicalismo ya vislumbran una nueva andanada de críticas de Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, contra sus pares supuestamente "pactistas".
"Ella ya lanzó su campaña electoral a costa nuestra", cuestionan en el radicalismo.
UNA NOVELA SIN FIN
1 Sesión caliente
El oficialismo intenta aprobar en la Cámara de Diputados su proyecto de presupuesto. En medio de denuncias de compra de votos, la oposición se lo impide y vota por pasar otra vez el tema a la comisión correspondiente.
2 Negociación cerrada
El oficialismo se niega a negociar en el ámbito de la comisión y decide convocar a una sesión especial. No consigue el quórum y advierte que se manejará en 2011 con el presupuesto del año actual.
3 Gestión radical
La conducción de la UCR anuncia su intención de retomar las negociaciones para que el Congreso pueda sancionar un presupuesto. Eso requeriría que el oficialismo quisiera discutir y que se amplíe el período de sesiones.
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