Al inicio de la gestión, en diciembre de 2009, el salario mínimo era de $1.100 y estaba congelado desde hacía 20 meses (casi dos años). Ya en esta administración, se elevó el monto a $1.400 en abril de 2010, pasó a $1.600 en julio y se volvió a incrementar a $1.800 desde septiembre. Tres aumentos salariales en el año con un alto impacto social en los sectores de mayor demanda.
En los primeros nueve meses de la actual administración al frente del Estado, el Gobierno Provincial aumentó un 64% el salario mínimo de los trabajadores en actividad, otorgando subas que acumularon un incremento de $700 en ese período, al pasar de $1.100 a $1.800.
En diciembre de 2009, mes en que volvió al Gobierno el equipo de trabajo liderado por Ricardo Colombi, el salario mínimo estaba en $1.100 desde hacía 20 meses. “La gestión anterior tuvo casi dos años congelado el ingreso de los que menos ganaban, la última actualización había sido en abril de 2008”, recordó el ministro de Hacienda y Finanzas, Enrique Vaz Torres.
A partir de allí, el Gobierno Provincial asumió con responsabilidad el desafío de recuperar el salario de los trabajadores del sector público, en simultáneo con las políticas tendientes a generar las condiciones que permitan al sector privado posicionarse como una alternativa laboral.
“A medida que fuimos ordenando el Estado desde el punto de vista administrativo, económico y financiero, fuimos dando respuestas a las demandas y mejoramos notablemente el ingreso de los trabajadores, poniendo el acento en los que menos ganan”, comentó el Ministro.
Recordó así los $650 de aumento en dos etapas ($350 en abril/10 y $300 en julio/10), y señaló que estos montos, sumados a los $100 de incremento al básico (que impactó en cifras mayores, según la antigüedad y los demás items de cada agente) y la elevación del Haber Mínimo Garantizado a $1.300 otorgados en septiembre, permitieron que ningún trabajador en actividad cobre menos de $1.800.
“De esta manera hemos reinstaurado la equidad entre los distintas áreas del Gobierno, más allá de las particularidades de cada sector”, puntualizó.
DECISIONES DE ALTO IMPACTO SOCIAL
“Estas decisiones tienen un costado social muy importante; porque impactan fundamentalmente en la mayor cantidad de personas que están en la base, que están con el salario más alejado y donde las necesidades son más profundas”, puntualizó el Ministro de Hacienda y agregó: “Esto es la inclusión con hechos concretos, más allá del discurso”.
El funcionario destacó que debemos entender solidariamente que “cuanto más abajo vamos en la estructura de los ingresos, mayor prioridad se le da al consumo, y se genera también un impacto más directo en la actividad económica agregada que tiene el consumo en nuestra provincia”.
“Tenemos que recordar también que hay muchos trabajadores que se desempeñan en el sector comercial y de servicios, dependiendo de la actividad que se genera a través del consumo que viene de esta recomposición en la base de los trabajadores”, explicó.
Vaz Torres remarcó que el Gobierno continuará trabajando permanentemente en este sentido para mejorar el salario en el corto, mediano y largo plazo; pero no solo desde el punto de vista de los aumentos en la nómina sino también por el lado de los costos.
“Es una de las prioridades de esta gestión, por eso se otorgan facilidades a través del Banco de Corrientes, invertimos en salud, educación, vivienda, energía, seguridad y se instrumentan mecanismos como la Canasta Escolar en su momento; porque el ingreso se mejora de varias maneras”, explicó.
POLÍTICA DE ESTADO VERSUS DEMAGOGIA
El Ministro se refirió además a la demanda de los sectores y consideró que “el Gobierno y la sociedad distinguen claramente dos tipos de planteos: el genuino a partir de la necesidad real y el demagógico con un trasfondo político”.
“Y esa diferencia también se da en el discurso y el accionar de quienes tienen la responsabilidad de administrar respecto de los que no la tienen y hacen de la demagogia una plataforma política”, consideró el Ministro.
En este sentido, Vaz Torres remarcó que “el demagogo busca el elogio vacío y contentar hoy sólo al que reclama; el estadista, en cambio, busca soluciones para todos”. “Incluso para aquellos que no tienen el tiempo, las fuerzas o las posibilidades para reclamar”, concluyó.
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