El miércoles se anunció un avance importante para prevenir las 2.000 muertes al año que se registran en el país debido al cáncer de cuello de útero. La presidenta Cristina Fernández dijo que la vacuna contra el VPH (Virus del Papiloma Humano) se incorporará al calendario oficial de inmunizaciones. La vacuna será de aplicación gratuita y obligatoria en niñas de 11 años. La medida comenzará a regir en menos 20 días.
Si bien es común en estos días escuchar hablar del VPH (o HPV), no todo el mundo está al tanto de lo que es. Es la enfermedad más frecuente de transmisión sexual y afecta a hombres y mujeres.
El VPH es tan común que al menos el 50% de los hombres y mujeres sexualmente activos lo contraen en algún momento de su vida. La mayoría de las personas infectadas no presentan síntomas o problemas de salud. En el 90% de los casos, el sistema inmunológico del cuerpo elimina de manera natural la infección en un periodo de dos años. Pero también hay excepciones y no son pocas.
En el caso de los hombres, algunos tipos de VPH pueden causar verrugas genitales y otros, cáncer de pene o de ano. En las mujeres, hay ciertos tipos de VPH que están relacionados con el cáncer de cuello de útero y otros menos frecuentes como el cáncer de vulva, vagina y ano.
El jefe de Patología Cervical del Hospital Alemán, Diego Häbich, explica que en el hombre es raro que se produzca una lesión que se transforme en cáncer mientras que, en las mujeres, el cáncer de cuello de útero (también llamado cervical) es muy frecuente. Por eso se prima a la mujer en esta campaña de vacunación. “Si hubiera un recurso económico ilimitado, se vacunaría a los dos sexos”, dice Häbich. “En Australia, por ejemplo, se vacunan a niños y niñas pero en Argentina la vacuna no está aprobada en hombres”.
En Latinoamérica, el cáncer de cuello de útero se ubica entre las primeras causas de muerte por cáncer en la mujer, superando al cáncer de mama.
Los preservativos no previenen por completo la transmisión del VPH porque se puede contagiar durante los juegos sexuales, el coito anal y oral, pero sin duda ayudan en su prevención. "Es importante que el preservativo se utilice en todo momento, aún durante el sexo oral porque el riesgo de contagio disminuye", advierte Häbich.
Las dos vacunas
La vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil, Alejandra Giurgiovich, explica que hay dos laboratorios que fabrican las vacunas contra el HPV en Argentina: Merck y Glaxo.
La vacuna Gardasil (de Merck) está recomendada hasta los 26 años para su aplicación y protege contra dos tipos virales que causan cerca de 70% de los casos de cáncer cervical y otros dos tipos virales que ocasionan verrugas genitales. La vacuna Cervarix (de Glaxo) protege contra los virus del cáncer cervical y está recomendada hasta los 46 años.
Ambas vacunas, que salieron al mercado entre el 2006 y 2007, se dan en tres dosis. El precio de lista de cada dosis de Gardasil es 1077,51 pesos y el de las de Cervarix es 388,25 pesos.
El Estado aún no decidió cuál de las dos vacunas se utilizará en Argentina. “En el mundo está muy repartido”, dice el especialista Diego Häbich. “Eso depende de cómo negocian los Ministerios de Salud con la industria”.
Sin inmunidad total
Las vacunas son un avance importante. Sin embargo, la doctora Giurgiovich aclara que “si bien la inmunidad de las vacunas es de casi un 100%, no protegen contra todos los tipos de virus relacionados con el cáncer, que son 19”.
El doctor Häbich explica que la vacuna se va a dar a niñas de 11 años ya que “el promedio en la Argentina de inicio de relaciones sexuales es a los 15 años".
La protección de la vacuna, por ahora, se estima que duraría ocho años pero aún no se sabe con certeza porque las primeras aplicaciones fueron en el 2004. En palabras de Alejandra Giurgiovich: “Podemos hablar de ocho años porque es la población cautiva seguida”, explica. “Pero hay que ver si a medida que corre el tiempo la inmunidad se mantiene igual y no se necesita un refuerzo, como sucedió en el caso de la hepatitis”.
En Argentina hay 6.000 casos de cáncer de cuello de útero registrados al año y 2.000 muertes. Las zonas más afectadas son Salta, Jujuy y Formosa. En los últimos 40 años la tasa de mortalidad debido a este tipo de cáncer se mantuvo igual y no se logró disminuir. "Por eso la vacuna representa un avance", dice Giurgiovich.
Pero la doctora aclara que la vacuna es preventiva, no curativa y que es sólo un arma más. “El uso del preservativo, la colposcopía y el papanicolau son inamovibles y es fundamental que toda la mujer concurra al ginecólogo una vez al año para hacerse los estudios de rutina”.
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