lunes, 2 de agosto de 2010

Analizan incidencia de precipitaciones en el estado nutricional de caprinos

Una investigación de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNNE analiza la incidencia de periodos con grandes diferencias pluviométricas sobre el estado nutricional del ganado caprino del NEA, ya que este tipo de explotación en la región depende casi exclusivamente de la disponibilidad de pasturas naturales.


El estudio es realizado por el Laboratorio de Análisis Físico-Químicos y tiene como objetivo conocer el comportamiento estacional de indicadores de los perfiles energético, proteico y mineral de caprinos del NEA en años consecutivos con grandes diferencias lluvias caídas.

Según explicó el doctor Juan José Brem, director del área, la determinación e interpretación de los cambios de ciertos indicadores bioquímicos en el animal permiten precisar el estado metabólico del mismo, transformándose en una valiosa herramienta para el diagnóstico poblacional del rodeo.

La calidad y cantidad de alimentos condiciona el comportamiento de dichos indicadores metabólicos, y a su vez los cambios en el régimen pluviométrico inciden sobre la oferta forrajera de pastura natural, reflejándose sobre el estado nutricional del ganado.

Por tanto, el estudio pretende observar la incidencia que tienen periodos con grandes diferencias pluviales sobre la nutrición de estos hervíboros, habida cuenta que la producción caprina del nordeste argentino se alimenta casi exclusivamente en base a pastizales naturales, arbustales y montes con grandes variaciones estacionales en cuanto a cantidad y calidad.

Como parte del proyecto, se trabajó con rodeos de la provincia de Corrientes en establecimientos de Riachuelo, Paso de la Patria y Empedrado, durante dos años consecutivos con registros pluviométricos muy diferentes: 2008 (950 mm) y 2009 (1490 mm).

Se determinaron parámetros energéticos-nitrogenados-minerales del medio interno y de la pasturas “a fin de poder relacionarlos con la diferente disponibilidad de forrajes producida por la cantidad de agua caída según estación del año” explicó el Dr.Brem.

De acuerdo a los resultados obtenidos, en el otoño menos lluvioso (2008), se observó disminución significativa de triglicéridos y glucemia, acompañado de disminución de la concentración de proteínas en la sangre (hipoproteinemia) durante el invierno. La primavera de ese año se caracterizó por un aumento del colesterol HDL y déficit de albúmina sanguínea.

En tanto, durante el año lluvioso (2009), en el verano hubo incrementos de colesterol total, HDL y LDL, acompañado de una disminución de albúmina y urea, mientras que en invierno solo se registró un aumento del colesterol total.

“Estos indicadores muestran correlación con variaciones del valor nutricional de las pasturas que a su vez están condicionadas al diferente régimen de precipitaciones anuales” señaló el doctor Brem.

Reiteró que conocer el valor de estos indicadores resulta trascendente para poder implementar planes mejoradores en los rodeos, que apunten a optimizar su alimentación en busca de una mayor productividad ganadera.

Manifestó que las grandes exigencias del ambiente en que viven las cabras es determinante conocer estado de salud del animal y sobre sus demandas nutricionales, por lo que caracterizar el comportamiento estacional de los indicadores metabólicos se transforma en factor central para el manejo del rodeo.

Indicó que si bien las cabras tienen una muy buena adaptación a la región nordeste para soportar sequías, escasez de pasturas (bache invernal), y altas temperaturas del verano, eso no implica que tales situaciones no afecten su estado nutricional y en especial su productividad.

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