Prof. Dr. Edgardo Serra
Dra. Marianela Aguirre Ackermann
Una de las frases más frecuentes que los especialistas escuchamos en la consulta por sobrepeso y obesidad es “como por ansiedad”, o “yo sé lo que tengo que comer, pero no puedo parar”. Por eso, uno de los temas de controversia es si existiría una “personalidad” del obeso, diferente a la de una persona de peso normal.
El estudio de la regulación de la conducta alimentaria mostró que un área del cerebro llamada hipotálamo lateral es un área de placer, recompensa o gratificación en la que la satisfacción de un apetito específico (comida, bebida, sexo) trae una estimulación generalizada y produce una sensación de bienestar que trasciende a la del apetito. En personalidades predispuestas, en las que situaciones de ansiedad no son manejadas adecuadamente, podríamos ver que en utilicen la comida como una forma gratificante de disminuir la ansiedad.
La experiencia clínica.
En condiciones experimentales se ha observado que los obesos comen significativamente más que las personas de peso normal cuando son expuestos a situaciones que despiertan ansiedad. En la entrevista clínica, los pacientes obesos refieren con frecuencia que comen en respuesta a depresión o ansiedad.
Muchos obesos aparentan no tener inconvenientes por su sobrepeso, ser felices y sin problemas en la interacción social, sin embargo la autoestima mejora notablemente con la pérdida de peso.
Estilo de comer en los individuos obesos
La imagen estereotipada de la persona obesa como glotona ha sido sostenida repetidamente por los medios de comunicación. No es inusual escuchar comentarios acerca de la enorme cantidad de comida consumida por ciertos individuos y la manera en que comen. Pero: ¿las personas obesas comen de una manera diferente de aquellos que son más delgados?
Volumen de la ingesta
En la década del ´60, e inaugurando una escuela de la que formaría parte un destacado terapeuta en obesidad, K. Brownell, describió que los obesos respondían más a estímulos externos (a la cantidad de comida disponible, por ejemplo) que a los internos (hambre, saciedad).
Es poco probable que la medición del volumen de una sola comida indique lo suficiente acerca de la ingesta total. Es posible, por ejemplo, que los obesos coman poco en algunas comidas y excesivamente en otras o poco en las comidas principales y picoteen entre comidas, patrón que puede contribuir al aumento en el depósito de tejido adiposo.
En un estudio se calculó que las calorías ingeridas por obesos en las comidas principales era de 1.127 aproximadamente, y las calorías ingeridas “entre comidas”, en los picoteos, era de 1.075. Por eso indicamos en el tratamiento comer cada 4 horas, para evitar el hambre voraz y al mismo tiempo no caer en el picoteo.
Velocidad al comer
Se ha argumentado que comer rápido podría ser un factor obesígeno, dado que permite una mayor ingesta de comida antes de que aparezcan las señales de saciedad resultantes de esa ingesta.
Densidad calórica en las comidas
Las comidas de mayor densidad calórica son generalemente sabrosas. En estudios con obesos adultos se observó que éstos prefirieron una comida con más grasa y más azúcar que los sujetos de peso normal. El grado en el que las personas prefieren ciertas comidas (dulces, grasosas) y el grado en que pueden seleccionarlas contribuye al mantenimiento de la obesidad.
Hay quienes usan armas para lastimarse a sí mismos. Otros utilizan los cigarrillos o el alcohol para destruirse lentamente. Pero los “sibaritas de la comida” utilizan los alimentos. Tienen buen sabor y pueden fingir que no le hacen daño. Pueden ponerse la máscara del “gordo feliz”. “Se olvida de todo” y come. Y la comida también puede asestar un golpe doble. Comer en exceso puede no solo lastimarlo a él, sino a los que ama. La comida pasa a ser un arma selecta, potentísima.
Cada conducta inadecuada puede readaptarse, corregirse. Cada frustración puede revertirse y convertirse en un logro. Desde el consultorio trabajamos por brindarle a nuestro paciente una mejor calidad de vida.
Si bien hasta el momento ningún estudio ha revelado una personalidad del obeso se sigue investigando. Existen obesos con o sin psicopatías, diferentes perfiles psicológicos, mayor frecuencia de algunas características psicológicas pero no hay un transtorno propio del obeso.
Existen alteraciones psicológicas que están vinculadas a la obesidad, unas más frecuentemente que otras.
Son de fundamental importancia a la hora de planear un tratamiento, ya que de ser ignoradas podrían dificultar y obstaculizar el tratamiento para adelgazar y/o mantener el peso.
Esto se traduce en que el éxito es mayor, solo con el abordaje interdisciplinario y específico a cada paciente, surgiendo por lo tanto la necesidad de realizar una evaluación completa de la personalidad y del contexto ambiental del paciente obeso que acude a la consulta.
No existe una causa psicológica primaria en la génesis de la obesidad sino la combinación de ciertas características psicológicas que interactúan con otros factores como la herencia genética, el sedentarismo , etc.
Animémonos a utilizar todos los recursos disponibles para el cambio de esa “ mentalidad de gordo”; que es posible desde el acompañamiento y comprensión del paciente y su patología. Obviamente, requiere un gran esfuerzo médico- paciente pero vale la pena. En nuestro equipo encontrará todas las posibilidades del tratamiento de la Obesidad.
No solo los tratamientos Médicos adecuados a cada caso, con una evaluación interdisciplinaria, nutricional, psicológica, entre otras, sino también la posibilidad de todas las técnicas quirúrgicas para la obesidad (manga gástricas, by pass gástrico, swutch duodenal, cirugía para la diabetes), adecuadas a cada caso en particular.
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