lunes, 7 de diciembre de 2009

Historias solidarias / Asociación para la Integración del Discapacitado Un lugar de protección, estímulo y apoyo

En su centro de día, una institución atiende a 30 personas con discapacidades profundas y brinda asistencia a sus familias
Cecilia Zolezzi
Fundación LA NACION
Alejandra, de 29 años; Enrique, de 46, y Federico, de 30, esperan contentos, cantando, a veces, la llegada de la combi que todas las mañanas los lleva desde sus casas a la Asociación para la Integración del Discapacitado (ASID). Allí, en este centro de día situado en Chascomús, treinta personas pasan gran parte de su jornada rodeadas del amor y la contención de un equipo de profesionales que busca mantener activos, integrados y estimulados a aquellos que tienen discapacidades severas y profundas.

Enrique nació con parálisis cerebral. Tras años de lucha buscando un lugar donde poder integrar a su hijo, sus padres llegaron a ASID: "Podemos decir que nuestro hijo encontró su espacio, donde es cuidado, protegido y tenido en cuenta. Lo observan constantemente y tratan de interpretar todos sus pedidos, desde entender qué le pasa, qué música le gusta, qué lo hace feliz hasta el más mínimo detalle", dice su madre, Aurora.

Cada rincón de ASID transmite una calidez especial. Desde la cocina, donde cada comida es preparada y servida con dedicación, hasta el parque lleno de plantas y flores que hacen juego con la alegría que se respira en el lugar. El proyecto nació en 1988, cuando reunido en un salón parroquial un grupo de personas decidió unirse y trabajar para crear un espacio de contención e integración para las personas con discapacidad severa que debían egresar de las escuelas de educación especial. Hasta ese momento, terminar la escuela implicaba el regreso a sus casas sin ninguna otra actividad.

Desde sus inicios, ASID no sólo planteó objetivos de ayuda para la persona con discapacidad, sino que implementó un servicio de apoyo a las familias para dar respuesta a sus necesidades, que dio vida a este proyecto de centro de día.

"Experimentamos a diario que, mejorando la calidad de vida de la familia, mejora la calidad de vida de la persona con discapacidad", cuenta María Carreras, psicóloga del equipo. "Nuestro objetivo fundamental es acompañar a las familias, alivianar el cuidado (alimentación, cambiados, higiene, consulta con profesionales y dedicación absoluta) de estos maravillosos individuos que para una sola persona o un grupo familiar resultan un gran esfuerzo, aunque se realice con entrega y amor", explica.

ASID va por más y se abre a la comunidad defendiendo y asesorando sobre los derechos de las personas con discapacidad, y realizando acciones para prevenirla. Su teléfono es el (02241) 425753. Entre sus logros, están la creación del Consejo Municipal para las Personas Discapacitadas y la implementación de la pesquisa de hipertiroidismo y fenilcetonuria en todos los recién nacidos. Desde 2007 trabajan en una experiencia inédita en el país: un taller de lenguaje de señas que se implementa en todas las divisiones de cuarto a sexto año del Instituto Corazón de María.

"ASID busca tener contacto con otras instituciones y profesionales del ámbito de la discapacidad para poder actuar en red", dice Mariana Guevara, coordinadora del centro.

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