jueves, 26 de noviembre de 2009

PRIMERA INTERVENCION DE PAYAMEDICOS

Pacientes del Hospital Escuela recibieron una alegre visita A partir de ahora, todos los miércoles a las 14, el centro de salud capitalino se llenará de narices rojas para quienes, por una u otra razón, estén internados. Una novedosa forma de cicatrizar heridas con la interacción y las risas, que dicen, da muy buenos resultados. No usan jeringas ni estetoscopios, pero están “al ladito” de la cama del paciente después de una cirugía y hasta en la terapia intensiva. No ponen inyecciones, pero cubren con ternura las heridas. Bailan con los tubos de oxígeno y ponen nombre a los sueros. Y si la enfermera pide silencio, ellos cantan canciones de alegría.


Ayer, con sus brillantes vestimentas el grupo fundacional de Payamédicos Corrientes realizó su primera intervención en el Hospital Escuela. Con sus elementos característicos: “buenetín” (maletín), “remedión” (pote de remedios), “jeringaraca” (mitad jeringa, mitad maraca), intentaron reivindicar al arte buscando una producción activa con los pacientes hospitalizados, a fin de propugnar una visión integral y humanista del ser humano.

Con el objetivo de desdramatizar el medio hospitalario, profesionales voluntarios que integran el grupo correntino de payamédicos se calzaron sus llamativos trajes para recorrer los pasillos del mencionado nosocomio a fin de ayudar en lo emocional al paciente internado. Así, siete hiperquinéticos integrantes recorrieron distintas dependencias llevando toda su alegría y emoción.



Metodología de trabajo

La individualización, privacidad y especialización de sus intervenciones requieren de la información que brindan los equipos médicos que incluyen: nombre y edad del paciente, diagnóstico y pronóstico de la enfermedad, situación anímica del paciente y su familia.

“Los payamédicos trabajan al lado de la cama del paciente. Siempre se le pide consentimiento para su intervención, nunca se trabaja por imposición”, dijo a “época” Ramón Acosta, delegado del grupo.

Pero para llegar a este primer encuentro con los pacientes, estos profesionales de la risa se prepararon para garantizar el respeto y la confidencialidad que requiere el medio sanitario y el hospitalario en particular. Para tal fin se han formado en el dominio de tres áreas estrechamente relacionadas: artística, psicológica y su adaptación al medio hospitalario. Además, la misión de un payamédico es contribuir a la salud emocional del paciente hospitalizado. Para tal fin, se utilizan recursos psicológicos y artísticos relacionados con juegos, música, teatro, técnica de clown, magia y el arte humorístico en general. (Todos estos recursos se aprenden en los cursos y capacitaciones por la que los integrantes pasan antes de convertirse en payamédicos). El grupo también está coordinado y supervisado por médicos y psicólogos con amplia experiencia en niños y adultos internados por diversas patologías orgánicas.

“Mas que dar y recibir, apuntamos a producir a que el paciente produzca algo en conjunto con nosotros, que salga de la situación de pasividad en la que está, que se relacione mediante estrategias pedagógicas”, agregó María Rosa Ducic, integrante del grupo.

El trabajo de éstos “doctores de narices coloradas” se realiza en las salas de internación, terapia intermedia e intensiva, pasillos, salas de espera, prequirófano, salas de recuperación postquirúrgica, en las habitaciones de los pacientes, durante estudios o procedimientos médicos dolorosos e invasivos o donde lo solicite el equipo médico. Y, a partir de ahora, se los podrá ver en acción todos los miércoles a las 14

0 comentarios: