lunes, 16 de noviembre de 2009

Es alta la prevalencia de infección por Toxocara canis en niños carenciados


Una evaluación realizada por investigadores del Instituto de Medicina Regional de la UNNE entre niños que concurren a comedores municipales de la ciudad de Corrientes, encontró que una elevada cantidad de ellos se encuentran infectados por Toxocara canis, un parásito propio del perro que es transmitido al humano y que puede llegar a provocar la enfermedad denominada Toxocariosis.

La toxocariosis es una zoonosis que está presente en todo el mundo aunque altamente prevalente en la región noreste de Argentina, siendo los habitantes de regiones con deficiencias socio-sanitarias, y particularmente a los niños, quienes están más expuestos al riesgo de adquirirla.

El parásito que lo provoca es Toxocara canis, propio del perro, que es transmitido al humano cuando éste entra en contacto accidental con restos de la materia fecal canina.

Investigadores del Instituto de Medicina Regional de la UNNE están abocados desde hace varios años al estudio de esta enfermedad, y en un nuevo trabajo realizado durante el año 2008 entre niños de dos barrios de la ciudad de Corrientes que concurren para su alimentación a comedores comunitarios, encontraron que presentan altos los índices de prevalencia de infección, y en mayor medida que niños de la ciudad de Resistencia con similares carencias.

En el trabajo se determinó la prevalencia de infección por Toxocarac canis en un total 92 niños de entre 1 y 14 años, residentes en dos barrios de la ciudad la ciudad de Corrientes: el “Pueblito Buenos Aires” y “17 de Agosto”. Mediante un estudio en sangre se corroboró que la infección global por el parásito fue del 55,4 % (62,5% entre los varones y 50% entre las mujeres).

“El nivel de prevalencia de infección encontrado en este trabajo sigue siendo muy alto, comparable al hallado en un estudio anterior en la misma ciudad”, explicó el profesor José Mario Alonso, director de la investigación.

Resaltó además que los registros en Corrientes vuelven a resultar superior a los valores obtenidos en la vecina ciudad de Resistencia distante a tan solo 20 km, en la que la prevalencia entre niños de barrios pobres alcanzó un valor del 37.9%.

Estos datos reafirman la importancia que las autoridades sanitarias deberían asignar a esta infección, particularmente en lo que respecta a los niños de regiones carenciadas, donde habitualmente no se reconoce a la Toxocariosis como un problema relevante de salud pública, consideró.

Relevancia.

“La idea del proyecto es mantener actualizados los datos sobre esta enfermedad, porque es prevenible con medidas que apunten a la mejora en los hábitos de conducta de higiene personal y de juegos, en los niños” señaló Alonso, destacando el trabajo realizado por los profesionales de equipo del Instituto de Medicina Regional que llevaron adelante esta investigación, los bioquímicos Gioia Marino, Gustavo Fernández y Andrea Mioni, junto a las Magisters María de los Ángeles López y María Viviana Bojanich .

El principal modo de infección es por medio de manos sucias o por el consumo de vegetales y frutas crudas mal lavadas, a partir de un medio ambiente contaminado con los huevos infectantes que defecan los perros, que son huéspedes definitivos del parásito. Es habitual encontrar a los huevos contaminantes en el suelo de los patios de los domicilios, así como también en las áreas de juego de las plazas y parque públicos.

Estos huevos infectantes al ser ingeridos, eclosionan en el intestino y las larvas penetran la mucosa, migran al hígado, pasan a los pulmones y por la circulación sistémica llegan a diversos tejidos donde pueden producir granulomas, con secuelas de inflamación, hemorragias y daño tisular.

Las manifestaciones clínicas que aparecen son el resultado de los daños mecánicos y reaccionales ocasionados por las larvas, dependiendo la severidad del proceso de los órganos que resultan afectados, del número de larvas ingresadas y de la intensidad de la respuesta inmunológica provocada por su presencia.

La contaminación de suelos con huevos de Toxocara canis está mundialmente presente. En Argentina ha sido estudiada y descripta en las áreas centrales de las grandes ciudades así como también en ciudades medianas y pequeñas.

En éstas últimas, la problemática de la contaminación ambiental tendría algunos perfiles propios, haciendo que el riesgo de infección ocurra mayormente dentro de los ámbitos domiciliarios.

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