jueves, 10 de mayo de 2012

Aporte de la Iglesia correntina al debate sobre la reforma del Código Civil

Ante la anunciada reforma del Código Civil, los obispos argentinos, reunidos en la 103ª Asamblea Plenaria, han emitido un texto con reflexiones y aportes sobre algunos temas que consideran fundamentales. Para acompañar el debate y tratamiento de esta cuestión trascendental para la vida del país, el Arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik, envió una nota y el texto de los obispos a funcionarios provinciales de los tres poderes; a las autoridades del Municipio de Capital, y a los intendentes de las comunas que integran al Arquidiócesis.

En la nota enviada a las autoridades provinciales, el Arzobispo señala que en el documento, los obispos, “reconocemos y valoramos el esfuerzo de muchas personas que han aportado su sabiduría y experiencia en la confección del Anteproyecto de Código Civil que se ha conocido. Sin embargo, a nuestro juicio de pastores, como en la opinión de muchos juristas y expertos, hay algunos temas vinculados a la vida humana y a la familia que merecen una mayor reflexión y un amplio debate, en el que participen los entendidos en derecho, los colegios profesionales y las facultades de Derecho”.

Asimismo, como lo señaló en su homilía de la fiesta de la Santísima Cruz de los Milagros, Monseñor considera que “la reforma del Código Civil es un momento de gran trascendencia, que requiere madura reflexión y amplia participación federal sobre temas que afectarán en forma directa la vida cotidiana de todos los argentinos”. Por ello, se hizo eco de lo planteado por los obispos, al expresar que “junto a las necesarias actualizaciones que la reforma busca realizar, creemos que el nuevo Código debe tener en cuenta la riqueza de nuestras tradiciones jurídicas y constitucionales, como los principios y valores que hacen a nuestra vida e identidad”.

Entre estas riquezas, monseñor Stanovnik destacó “en primer lugar, la necesidad del reconocimiento del comienzo de la vida humana desde la concepción y su necesaria protección jurídica. En segundo lugar, la valoración de la familia fundada sobre el matrimonio, como relación estable del varón y la mujer y ámbito primero en la educación de los niños. La familia es una realidad con profundas raíces en el pueblo argentino y a lo largo de todo el país. Ella es una institución que por su riqueza e historia es un bien que es garantía para la sociedad”.

Mencionó también el Arzobispo, que “adquieren un lugar destacado y de grave responsabilidad jurídica los derechos del niño, sea respecto de su vida e identidad, como el justo conocimiento de sus derechos de filiación, paternidad y maternidad. Cuando se privilegian en estos temas los deseos o voluntad de los adultos, se descuidan los derechos esenciales del niño. Cuando se parte, en cambio, del valor único e irrepetible de la vida concebida, el adulto tiene más obligaciones que derechos”.

Para Monseñor, enfatizó el concepto de que “no todo lo que es técnicamente posible y deseado en el manejo de la vida es necesariamente ético y respeta su dignidad. El límite, en estos casos, es tanto un acto de sabiduría política como de ejemplaridad jurídica”.



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