miércoles, 4 de noviembre de 2009

Trastorno bipolar o el alto costo de pasar de la euforia a la depresión

El trastorno bipolar, una condición psiquiátrica y orgánica caracterizada también como "enfermedad maníaca depresiva", alterna los episodios de estas características -de larga evolución-, que son sucedidos por otros en los cuales la euforia excesiva y la hiperactividad son los puntos centrales.

De esta manera, las fases de exaltación y alegría alternan con depresiones intensas durante las cuales el desánimo, la incapacidad para disfrutar, la falta de energía y las ideas negativas son moneda corriente.

La euforia y la tristeza, una clásica imagen del trastornos bipolar
Como consecuencia de estas constantes y bruscas alteraciones, la calidad de vida de quienes padecen trastorno bipolar se ve seriamente afectada, siendo difícil mantener una situación familiar estable, una pareja y un trabajo.

En cuanto al abordaje de esta condición, las confusiones y los retrasos en el diagnóstico generan una situación de incertidumbre que imposibilita la realización del tratamiento adecuado. Además, la falta de reconocimiento de esta enfermedad que es "estigmatizante" y provoca aislamiento, incrementa el agravamiento de los síntomas.

"En nuestro país, los afectados tardan en ser diagnosticados correctamente alrededor de ocho años. Con la investigación, que fue realizada en tres centros públicos de Córdoba, Mendoza y Buenos Aires, pudimos determinar que el 75 por ciento de los encuestados, antes de alcanzar un diagnóstico ajustado, había atravesado otros incorrectos. El tema del empleo, por ejemplo, es muy puntual porque un paciente bipolar que se encuentra en tratamiento médico puede perfectamente trabajar. Parte del problema con el desconocimiento de la enfermedad es que los pacientes por lo general tienen un nivel educativo y un rendimiento por encima de la media", detalló el doctor Sergio Strejilevich, jefe del Programa de Trastorno Bipolar del Instituto de Neurociencia de la Fundación Favaloro.

Si bien en la Argentina no hay cifras que indiquen cuál es la prevalencia del trastorno bipolar, los especialistas estiman que es posible extrapolar las cifras de Europa y Estados Unidos, lugares en los cuales se calcula que el cinco por ciento de la población padece esta afección.

Caracterización de la enfermedad
De acuerdo con los especialistas, la enfermedad maníaca depresiva es un trastorno psiquiátrico pero también orgánico, pues la causa de su desarrollo podría ser la alteración biológica de determinadas funciones del cerebro.

Aunque no es posible afirmar, luego de un episodio, que una persona padezca este problema, lo cierto es que, por tratarse de una afección de carácter crónico, un solo antecedente cuenta para que sea necesaria la realización de un diagnóstico adecuado. No obstante, es posible que entre la fase depresiva y la maníaca pasen muchos años.

En cuanto a los síntomas, el trastorno bipolar afecta por igual, en una relación de uno a uno a hombres y mujeres adultos, encontrándose entre las complicaciones más frecuentes los estados de ansiedad, las enfermedades cardiovasculares, la obesidad, el cáncer y el tabaquismo. Sin embargo, el riesgo más importante en los pacientes no diagnosticados o no tratados, es el suicidio.

Los episodios
Existen dos tipos de depresión o trastorno bipolar: el desorden bipolar tipo I, caracterizado por el desarrollo de uno o más episodios maníacos o maníacos depresivos; y el trastorno bipolar tipo II, en el cual el paciente experimenta hipomanía (una forma más atenuada de manía con síntomas menos severos), aunque presenta una historia de episodios depresivos mayores.

En caso que los cuadros depresivos y maníacos ocurran simultáneamente, se los denomina mixtos

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