viernes, 9 de marzo de 2012

PRIMER CASO 2012 Leishmaniasis en humanos

Ayer fue detectado el primer caso de Leishmaniasis Visceral en humanos, se trata de un joven estudiante de la Facultad de Agronomía de la UNNE oriundo de Reconquista de 23 años que habita en el barrio Aldana. El mismo habría contraído la enfermedad en Corrientes pero fue detectada en Rosario donde permanece internado en el Hospital Italiano. La notificación se hizo a través del Ministerio de Salud de la Nación y se inició inmediatamente las tareas de bloqueo en las manzanas circundantes al domicilio del paciente.

La subdirectora de Zoonosis y Control de Vectores informó que la Leishmaniasis visceral en humanos se presenta como un síndrome febril prolongado “una fiebre que va más allá de las dos semanas y esa fiebre es intermitente, o sea que puede aparecer un día, desaparecer al otro y reaparecer al siguiente. El paciente constantemente está con un síndrome febril pero sin foco aparente, es decir que no hay una causa que esté justificando la fiebre”.

La misma, podría estar acompañada por alguna sintomatología gastroentérica, como ser diarreas o vómitos. También puede estar acompañada de una tos seca, además de decaimiento, falta de apetito y la sensación de cansancio y agotamiento.

“El paciente, en esa instancia se está sintiendo enfermo y aparentemente no hay una causa justificable”, informó la médica, recordando también que puede haber agrandamiento del abdomen porque los órganos afectados son el hígado y el bazo, es decir que el paciente puede notar un dolor y agrandamiento abdominal”.

Sugirió que ante dichas sintomatologías, los pacientes consulten de inmediato al centro de salud o al médico de cabecera para que se los evalúe y si es posible obtenga una muestra para que sea analizada en el Dispensario Dermatológico de la Provincia donde se encuentra el referente médico y el bioquímico.

Desde el Programa Provincial se tiene asegurada la provisión de medicamentos, así como de Cintas “RK” para el diagnóstico serológico en humanos. La confirmación de un caso se hace a través de la punción de médula cuyo resultado puede demorar entre 48 y 72 horas. En forma detallada, la Subdirectora explicó que inicialmente el bioquímico referente de la provincia hace un primer diagnóstico, luego envía las muestras a un laboratorio de referencia nacional para la confirmación diagnóstica; pero ya con sintomatología o serología positiva en un primer diagnóstico se puede tener la certeza de que se trate de Leishmaniasis visceral.

RECOMENDACIONES
La primera regla es evitar la automedicación, luego acudir rápidamente a la consulta y hacerse los análisis de laboratorios correspondientes que serán solicitados por el médico. Explicó que en estos casos, a diferencia de la enfermedad del dengue, el hombre no es transmisor de la enfermedad, o sea que no transmite la enfermedad al vector. Sin embargo cuando existe un paciente con dengue se necesita sí un aislamiento domiciliario o bloqueo con repelente. En un caso de Leishmaniasis visceral, no es necesario dicho accionar porque el paciente no es transmisor al vector ni tampoco hay transmisión interhumana.

Recalcó que la transmisión es puramente vectorial. El flebótomo lo que hace es picar al animal enfermo (el perro es el principal reservorio en la zona urbanizada) luego de unos días, donde existe una reproducción del parásito dentro del intestino del flebótomo, si éste vuelve a picar a un perro o circunstancialmente al humano transmite el parásito.

Por otro lado aclaró que no todos los seres humanos se contagian, porque hay diferentes circunstancias. Puede ocurrir que por ejemplo, luego de que un vector haya picado a una persona, su sistema inmunológico o sistema de complemento de defensa bloquea la entrada del parásito. Pero en otras circunstancias diferentes, puede pasar que no haya un bloqueo inmunológico completo de lo que es la entrada del parásito a través de la picadura en la piel y el parásito ingrese al sistema inmunológico instalándose y reproduciéndose en el cuerpo de la persona.

En el caso de que el parásito se instale y reproduzca, el paciente suele tener manifestaciones clínicas desde aproximadamente los diez días y en un máximo de 24 meses. No obstante lo más habitual es que se manifieste entre los dos y seis meses desde la picadura del vector.

La enfermedad puede tener diferentes formas clínicas de presentación. Puede ser de una forma oligoasintomática con pocos síntomas como fiebre, diarrea, malestar, pero es autolimitada. Otra, es más aguda con fiebre de mayor persistencia y con agrandamiento del bazo, hígado, decaimiento, tos seca. Una tercera, más grave es la denominada “Kalazar”, poniendo en riesgo la vida del paciente porque hay un compromiso generalizado y si no se instaura el tratamiento el paciente puede llegar a la muerte.

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