Continúa el Ciclo de Cine Nacional que todos los martes se realiza en el Teatro Vera, con títulos escogidos por el Departamento de Cine y Artes Audiovisuales de la Subsecretaría de Cultura.
Este 12 de abril, el filme a proyectar es “Igualia a mí”, la comedia que con dirección de Diego Kaplan interpretan Adrián Suar y Florencia Bertotti.
Entre noche y relaciones efímeras
Freddy- Adrián Suar- de 41 años, soltero, con mucha noche, y que sigue disfrutando de una adolescencia tardía, entre jovencitas, pubs, despreocupación, y excesivo alarde de libertad. Es el arquetipo del playboy, sin trabajo fijo y eterno seductor de veinteañeras. Ella, Aylín (Florencia Bertotti). Entre ellos hay un posible affaire pasajero, algo casi cotidiano para Freddy, pero que en el fondo no será ni tan pasajero, ni tan cotidiano, para nuestro protagonista.
Como siempre, la entrada al Ciclo será totalmente libre y gratuita.
CARANCHO
Continuando con el Ciclo de Cine Nacional que se lleva a cabo en el Teatro Oficial Juan de Vera y que es organizado por el Departamento de Cine y de Artes Visuales perteneciente al Instituto de Cultura de la Provincia de Corrientes, se proyectará el martes 19 de abril a las 21,30 hs. el filme de Pablo Trapero, “Carancho”, con la actuación protagónica de Ricardo Darín, Martina Gusman, y con entrada gratuita.
En la argentina mueren al año, en accidentes de tránsito, ocho mil personas, un promedio de veintidós por día, más de ciento veinte mil resultan heridas. La última década dejó 100 muertos. Los millones de pesos que necesitan las víctimas y sus familiares para afrontar gastos médicos y legales, producen un enorme mercado, sostenido por las indemnizaciones de las aseguradoras y la fragilidad de la ley. Detrás de cada desgracia asoma la posibilidad de un negocio.
Sosa- Ricardo Darín- es un abogado especialista en accidentes de tránsito, a punto de recuperar su matrícula. Se mueve entre guardias de hospitales, servicios de posibles clientes. Ahora trabaja para una fundación de ayuda a las víctimas que en realidad es la pantalla de un turbio estudio jurídico. Él es quien consigue los clientes, los testigos, las pericias; arregla con la policía, los jueces y las aseguradoras.
Ella es Luján- interpretada por Martina Gusman- una joven médica recién llegada a la ciudad, que trabaja en múltiples lugares: ambulancias, guardias de hospitales, servicios de emergencias. Sola, con un ritmo de trabajo que apenas le permite dormir, se enfrenta a un mundo que desconoce.
Esta historia de amor comienza la noche en que Luján y Sosa se cruzan en la calle. Ella tratando de salvar la vida de un accidentado, él tratando de convertirlo en su cliente. Juntos, intentarán, modificar el rumbo de sus vidas, pero el pasado turbulento de Sosa se interpondrá.
La película deja al descubierto, la corrupción reinante en la actualidad, donde ningún estamento social está exento del todo. Una peste que invade indiscriminadamente todos los sectores y espacios sociales y que se naturaliza con una rapidez anteriormente impensada.
Pablo Trapero- Director
Trapero se da a conocer al mundo con su primera película “Mundo Grúa”-1999-, que filmada en blanco y negro constituyó un punto de partida para el nuevo cine argentino, alentando a decenas de jóvenes cineastas a brindar una mirada diferente al arte cinematográfico.
Su segunda película es en el 2002, “El Bonaerense”, un éxito en Cannes y todo el apoyo del público y de la crítica nacional. Esto facilita el que se conforme su productora, MATANZA CINE, que junto a Matina Gusman, donde producen películas de los más diversos hacedores. Otros Títulos con los que se lo vinculan por ser exclusivamente filmes propios son “Leonera” y –precisamente- Carancho.
Ciclo de Cine: El Mural
Una historia extraordinaria, llena de ruido, de deseo y de furia “El Mural”, una película de Héctor Olivera, protagonizada por Luis Machin, Carla Peterson, Ana Celentano y Bruno Bichir, es la propuesta que el Departamento de Cine y Audiovisuales perteneciente al Instituto de Cultura de Corrientes, proyectará en el teatro Vera, el Martes 26 de abril a las 21:30, dentro del Ciclo de Cine Nacional, con entrada gratuita.
Un fragmento de la más jugosa década argentina, donde se entrecruza la opípara burguesía porteña con los ideales políticos de mayor seducción de la época. Una familia acaudalada propietaria de un medio gráfico que inclina la balanza a favor de las ideas más controvertidas y que tangencialmente, al decir del historiador Vezetti, también fuera responsable de la difusión y entrada del psicoanálisis en la Argentina. El Diario “La Crítica”, que en su momento sacara una de las propuestas más curiosas, la interpretación de los sueños de los lectores, que desde la columna de “el diván del psicoanalista”, fuera artífice de esa impronta tan porteña como es la influencia del psicoanálisis en su gente.
La familia Botana, recibía por ese entonces, a la más variada y a la vez selecta elite aristocrática, mezclada con importantes figuras artísticas internacionales que llevaban adelante el compromiso de vivir y dar a conocer a través de su arte, otro modo de ser, de pensar y vivir, el comunismo… ¿Incompatibles? …
Un pedazo de nuestra historia, en medio de hechos reales, con personajes de carne y hueso que la construyeron como pudieron. David Alfaro Siqueiros, para ese entonces ya un reconocido muralista mexicano, soñaba con pintar un gran mural sobre “la revolución”, en los silos del puerto de Buenos Aires, pero la marcada resistencia que encontró en la autoridades porteñas debió encontrar consuelo en el sótano de la mansión de Natalio Botana, donde pintó una obra maestra. Su esposa, la uruguaya Blanca Luz Brum lo engañaba con el dueño de casa mientras el plástico volcaba su total talento en la realización de la obra. Una mujer que manejaba con destreza el arte de la seducción y que no escatimaba oportunidades de dejarse cortejar por el mismísimo Pablo Neruda.
Salvadora Medina Onrubia de Botana, consciente de los acontecimientos que acaecían en su mansión y presa de los celos, lleva a la familia a vivir una espantosa tragedia, todo esto enmarcado en una fascinante Buenos Aires de los años ´30, cuando se la llamaba por ese entonces “la París de sud América”.
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