El Hogar de Ancianos, dependiente de la cartera de Desarrollo Humano a través de de la Dirección de Minoridad y Familia, cumplió 19 años. Los festejó recibiendo la visita en la perla del Paraná de dos clubes de Abuelos: el “Domingo y Laura” y el “Ñanderoga” de la capital correntina. Un centenar de abuelos vivieron la experiencia de la integración.
La Secretaría de Desarrollo Humano, a través del Área de Gerontología de la Dirección de Minoridad y Familia y con la colaboración de la Subdirección de Desarrollo Comunitario, organizaron este una visita a la localidad de Empedrado con los Clubes de Abuelos “Domingo y Laura” y “Ñanderoga”.
En el marco de la política social de apoyar la dignificación del adulto mayor, creando espacios de recreación y de integración, respetando al abuelo como sujeto de derecho y transmisor de cultura y sabiduría, la ocasión fue propicia , para que dos tipos diferentes de organizaciones que se ocupan de la atención de adultos mayores se reunieran y compartieran experiencias comunes.
El Hogar de Ancianos de la localidad de Empedrado “Ady Teresa v. de Faraone”, el pasado 11 de abril cumplió 19 años , con tal motivo decidió festejarlo y contó con la presencia de invitados muy especiales: los adultos mayores de dos Clubes de Abuelos de la capital correntina: el “Domingo y Laura”, ubicado por calle Centenario en el Barrio Juan XXIII y el “Ñanderoga” que funciona en la Parroquia Perpetuo Socorro por calle Cosquín en las 1000 Viviendas.
Más de cincuenta abuelos participaron de la celebración, siendo para la mayoría de ellos la primera vez que tomaban parte de un encuentro de esta naturaleza, en donde estuvieron acompañados por la Lic. Nely Pintos, la asistente en Geriatría, Elsa Rovetta, de la Dirección de Minoridad y Familia y Celina T. de Vignolo, de la Subdirección de Desarrollo Comunitario.
Los capitalinos arribaron a la Perla del Paraná aproximadamente a las 10 , justo cuando la misa de acción de gracias se llevaba a cabo. Durante la misma se hicieron presentes el intendente, José Cheme junto a demás autoridades de la comuna y concejales
Finalizada la celebración religiosa, la fiesta se realizó en el patio interno del Hogar, bajo la sombra de los árboles, una larga mesa esperaba la llegada de los comensales, con ornamentaciones de globos, y a un costado, una parrilla humeante.
Mientras aguardaban los choripanes que servirían de almuerzo, un centenar de abuelos entre visitantes y lugareños compartieron diversos alimentos, chipacitos, sándwiches, empanadas entre otros, ubicados en una larga mesa. Se debió improvisar más mesas porque el espacio resultó chico para tanta juventud de alma de parte de nuestros abuelos.
En la ocasión, el intendente Cheme agradeció la presencia de los clubes amigos y resaltó las ganas y el espíritu reinante en los abuelos, al igual que absoluto respeto que hay que tener por ellos, a la vez que ponderó la visita y todo lo hecho en feliz concreción por la Secretaría de Desarrollo Humano.
Gracias al aporte de la Subdirección de Desarrollo Comunitario, se pudo contar con un artista muy especial, el cantante correntino René Escalante, quién hace poco nos honrara participando en el programa de Talento Argentino , llegando a la instancia de las semifinales. Entre los temas que interpretó estuvieron: “Entra a mi hogar “y “La Oma” entre otros. Mientras algunos coreaban los estribillos, otros preferían bailar al ritmo musical.
Una abuela del Club Ñanderoga, de “apenas” 83 años , con sus cabellos grises y sus manos temblorosas pero con una memoria prodigiosa, recitó varias poesías para el deleite de los presentes, no sin antes mencionar que era oriunda de San Juan, pero que estaba orgullosa de haber llegado al suelo correntino hace 13 años.
Tanto directivos como el personal del Hogar brindaron una excelente atención a los invitados y estos retribuyeron la gentileza con obsequios, en primer lugar se hizo entrega de 27 cobertores o colchas muy coloridas para las camas de los abuelos, como presente de la Dirección de Minoridad y Familia.
Luego, los abuelos aportaron su obsequio, porque no quisieron asistir a un cumpleaños con las manos vacías y los colmaron de regalos, ropas, alimentos, bijouterie, golosinas y tortas. La montaña de regalos se hizo inmensa.
Para finalizar se cortó la torta, repartiéndose los presentes y los viajeros emprendieron el regreso, con la esperanza que la experiencia se repita.
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