En la Unne dicen que el cambio estacional produce una baja en las defensas de los perros, lo que aumenta los riesgos. Ahora se está en pleno período de contagio. Piden más precaución.
Varios son los factores que convergen para que los especialistas en leishmaniasis anticipen que el pico máximo de la enfermedad tendrá lugar a principios y a mediados de mayo. Frente a ello, piden a la población extremar recaudos en vista de que se está en pleno período de contagio. Héctor Maidana, profesor de la Facultad de Veterinaria y coordinador desde hace siete años de una investigación sobre las características, síntomas y riesgos de la enfermedad en esta región, advirtió sobre los riesgos actuales y futuros.
Explicó cuáles son los agentes que influyen en la propagación de la enfermedad y que hacen de marcapasos para los investigadores. Enumeró así el cambio de estación, las etapas de debilidad en el animal, el tiempo de contagio y el proceso de incubación. Dijo que los primeros días de frío serán claves en el desarrollo y detección de la infección.
“Los períodos de máxima temperatura son enero y febrero, cuando los vectores desarrollan su mayor actividad. Si a estos le sumamos que el período de incubación de la enfermedad es de 60 días, podemos tener el primer indicio de que el brote más importante se detectará a principios de mayo”, comentó el médico veterinario.
Añadió otro factor: la debilidad de los animales con la llegada de los primeros días de bajas temperaturas, un cuadro que genera estrés en el perro, haciendo que la leishmaniasis se manifieste con síntomas más fuertes.
“Generalmente, cuando hace calor, al igual que las plantas, los animales se muestran más fuertes. En cambio, los primeros fríos exigen de un proceso de adaptación que genera estrés en las mascotas, debilitando su organismo y permitiendo una manifestación más significativa de la afección”, explicó Maidana a La República.
Así, son varias las situaciones que alientan a los investigadores a sostener que el pico máximo de la enfermedad se dará, cumplidos estos plazos y procesos, a principios y mediados de mayo. Al respecto, el veterinario advirtió que no se puede estimar la cantidad de infectados: “Para ello deberíamos analizar las muestras de los 90.000 perros callejeros que hay en la ciudad, de acuerdo con los registros de la Municipalidad”.
Por el momento, señaló, reciben en el laboratorio que la Facultad de Veterinaria montó exclusivamente para estos estudios, y que es de referencia en la región, unas 25 muestras diarias para analizar, con lo cual la demanda es en este año un 600 por ciento mayor a 2010. De cada 18 casos, uno resulta positivo.
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