lunes, 6 de julio de 2009

Anteojos descartables


Tanto los anteojos recetados como los protectores solares, para cumplir la función por la cual fueron adquiridos, deben reunir condiciones estrictas. Los anteojos recetados o correctores, como primera medida, deben estar respaldados por una receta con la graduación exacta.
Dicha corrección, la mayoría de las veces, no coincide en un mismo paciente, ojo derecho y ojo izquierdo. El centrado de las lentes debe ser perfecto y la estructura del armazón debe estar acorde al rostro de cada individuo.
La exposición fuera de control a los nocivos rayos ultravioleta y al recientemente descubierto HEV (High Energy Visual) que genera el sol, debe causar preocupación a la hora de elegir un anteojo filtrante. Las lesiones producidas muchas veces son irreversibles. Estos son los cuidados que hay que tener a la hora de elegir cualquier tipo de medio corrector o protector visual:
* Comprar anteojos únicamente en ópticas ya que son las indicadas por el Ministerio de Salud para atender al respecto. Fuera de estos establecimientos, de acuerdo a la ley, está totalmente prohibido comercializar ayudas ópticas.
* Evitar la compra de estos artículos en comercio de ropa, farmacias, supermercados, estaciones de servicio, multirrubros. Además de no estar autorizados y al margen de la ley, no poseen el personal idóneo y habilitado para cuidar de sus ojos.
* Priorizar el cuidado de la visión durante la juventud, garantiza una vejez con mejor calidad de vida.
* Los anteojos descartables, fuera de ser una ayuda, pueden producir severos inconvenientes visuales.
* La compra en la vía pública de anteojos pseudo correctores de presbicia podría estar ayudando a ilícitos como el contrabando.
Por sobre todas las cosas, debemos combatir diariamente la venta ilegal de estos productos denunciando a quienes los comercializan inescrupulosamente con el único sentido de procurar algún lucro, sin importarles la salud.
Esta actividad debido a lo riesgosa que se sugiere, puede traer aparejado la clausura del local que los comercializa y el decomiso de la mercadería por parte de las autoridades.
Un slogan muy común entre los entendidos en la materia dice: "Los anteojos adquiridos sin consejo profesional son más baratos, pero en definitiva terminan costando un ojo de la cara".

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