El Ministerio de Educación y Cultura a través de la Coordinación de las modalidades de Educación para Jóvenes y Adultos y Educación en Contextos de Encierro realizó un emotivo acto, en el que los alumnos de las escuelas que funcionan dentro de las distintas unidades penales recibieron los certificados de finalización de estudios de los niveles en los que participaron: alfabetización, primaria y secundaria.
El acto académico tuvo lugar en la Unidad Penal Nº 1 y participaron autoridades del Ministerio de Educación, de la Coordinación, del Ministerio de Gobierno y el Servicio Penitenciario, y de cada una de las escuelas.
También recibieron un reconocimiento los alfabetizadores, internos que tienen la particularidad de haber sido los maestros de primeras letras de otros internos, que ahora podrán ingresar a la escuela primaria.
Ninguno de los docentes pudo ocultar la emoción cuando los egresados se presentaron, acompañados por las banderas de ceremonias portadas por los mejores alumnos. Ninguno de los presentes, entre los que se encontraban familiares de los internos, pudo ocultar el orgullo por lo que, a pesar de la dificultad propia del contexto, cada uno de los egresados consiguió: el penal se convirtió en el lugar en el que tuvieron la oportunidad de acceder a un derecho que les fue negado en su momento.
Testimonios de aprendizaje
“Estoy muy contento de haber llegado hasta acá, de haber conseguido una meta, lo que no hubiera sido posible sin mis compañeros de clase y los maestros, que tanto nos ayudaron y tanta paciencia nos tuvieron”, dijo uno de los egresados. El agradecimiento, sin embargo, tuvo durante el acto dos vías: los docentes y directivos que se dirigieron a los alumnos también les agradecieron a ellos por confiar, por ayudarlos a descartar prejuicios y enseñarles que aún en el contexto del encierro, la libertad existe.
“Es difícil imaginar hablar de Libertad en un lugar como este. Los que no nos conocen, no saben que cada vez que los alumnos entran a nuestras aulas, son y se sienten totalmente libres: libres para pensar, libres para hablar, para aprender y para pensar”, destacó el director a cargo de la escuela para adolescentes y adultos Nº 5 de Saúl Meza.
“Ellos tienen la libertad de conocer lugares por medio de un video o de un mapa... los viajes que hemos hecho este año. Todavía me acuerdo cuando recorrimos Sudáfrica con el televisor de un alumno, y en mayo fuimos a Buenos Aires y hablamos por horas de los festejos del Bicentenario... las veces que hacemos un viaje por el mapa de la República Argentina u el Servicio Penitenciario ni se entera, porque para la hora del recuento ya estamos de vuelta, despidiendo a nuestros alumnos después de bajar la Bandera”.
Uno de los docentes de CENS Nº 10 también se refirió a la particular situación de dar clases dentro de las unidades penales: “Diez años atrás llegué a esta unidad penal a dar clases. Junto con la ansiedad lógica ante un nuevo trabajo, traía una carga de prejuicios y preconceptos sobre este lugar, y, principalmente, sobre los que iban a ser mis alumnos. Y desde el primer momento, al pasar por las aulas, demolieron uno a uno esos prejuicios, y se mostraron ante mí tal como son, y me dieron una lección, una verdad tan evidente y sin embargo tan difícil de ver para muchos: estar privado de la libertad no borra la identidad, la dignidad de ser persona. Personas. Personas con sueños. Personas que son hijos, padres, esposos. Personas que luchan cada instante por seguir adelante a pesar de las muchísimas dificultades. Personas que aún lejos de sus familias tienen la fuerza y el empuje para luchar y superarse”.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando la madre del abanderado de la escuela secundaria hizo uso de la palabra. Con lágrimas en los ojos agradeció la oportunidad que la escuela y sus docentes dieron a su hijo, y expresó “el inmenso orgullo” de ver a su hijo, un hombre de unos 45 años, recibiendo finalmente su título secundario.
La educación en las cárceles
La Educación en Contextos de Privación de Libertad es la modalidad del sistema educativo destinada a garantizar el derecho a la educación de todas las personas privadas de libertad, para promover su formación integral y desarrollo pleno. El ejercicio de este derecho no admite limitación ni discriminación alguna vinculada a la situación de encierro, y será puesto en conocimiento de todas las personas privadas de libertad, en forma fehaciente, desde el momento de su ingreso a la institución.
La modalidad tiene por objetivos:
Garantizar el cumplimiento de la escolaridad obligatoria a todas las personas privadas de libertad dentro de las instituciones de encierro o fuera de ellas cuando las condiciones de detención lo permitieran.
Ofrecer formación técnico profesional, en todos los niveles y modalidades, a las personas privadas de libertad.
Favorecer el acceso y permanencia en la Educación Superior y un sistema gratuito de educación a distancia.
Asegurar alternativas de educación no formal y apoyar las iniciativas educativas que formulen las personas privadas de libertad.
Desarrollar propuestas destinadas a estimular la creación artística y la participación en diferentes manifestaciones culturales, así como en actividades de educación física y deportiva.
Brindar información permanente sobre las ofertas educativas y culturales existentes.
Contribuir a la inclusión social de las personas privadas de libertad a través del acceso al sistema educativo y a la vida cultural.
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