En el lugar se procedió al desmalezamiento de todo el terreno, de un espacio privado, pero que la desaprensión de los propietarios dejaron que se constituyera en un verdadero monte de arbustos que invadieron la zona produciendo serios inconvenientes a los vecinos.
El terreno comprende una superficie de casi una hectárea y las tareas llevarán varios días para culminar con la limpieza total, comenzándose con los espinillos y enredaderas que facilitaban los escondrijos.
Una vez culminada la labor, se procederá al retiro de lo producido en camiones municipales, además de reestablecerse el servicio de alumbrado público con la colocación de artefactos y luminarias, elementos que con que los vándalos destruyeron con el paso del tiempo.
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