miércoles, 11 de noviembre de 2009

Círculo vicioso: cuando la depresión acarrea problemas sexuales

Infobae.com

Suele ocurrir que los tratamientos con ansiolíticos perjudiquen el deseo sexual, pero un tratamiento integral ayudará a acelerar el proceso de recuperación Suele ser inevitable que una enfermedad mental no afecte todos los órdenes de la vida de una persona. Y la sexualidad no está exenta.

Los síntomas más clásicos de la depresión son los trastornos en el sueño, desgano, falta de apetito, angustia, miedos, cambios de humor.

La última edición de la revista Psicología Positiva publicó que para estos tratamientos suelen usarse ansiolíticos que pueden afectar la vida cotidiana, pese a que sólo el 20% de los pacientes deprimidos presentan problemas como disfunción eréctil, anorgasmia o dispareunia (coito doloroso en la mujer).

Según la publicación, lo más común es la desaparición de cualquier deseo sexual durante el tiempo que el paciente atraviesa su momento más crítico.

Pese a que de existir estos problemas se superan cuando concluye el proceso, si la situación es perturbadora para la persona, encarar un tratamiento integral será lo ideal para acelerar la recuperación, dado que gozar de la sexualidad en pareja tiene una gran importancia en la vida y es beneficioso para la mente.

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