La presencia de molares tiene una gran importancia ya que con ellos desmenuzamos los alimentos, iniciando la primera fase de la digestión, para poder tragarlos. Toda esta labor está ejercida por los músculos masticatorios que ejercen fuerzas que serán absorbidas por los premolares y molares compartiendo con las articulaciones temporo mandibulares idealmente, y trasmitidas a áreas adyacentes.
Esas fuerzas no sólo están presentes en el acto de la masticación, también están al cerrar (ocluír) la boca, cuando contactan molares y premolares superiores e inferiores y las articulaciones temporo mandibulares únicamente. En la vigilia ó en el sueño.
Lo que es lo mismo decir que los molares y premolares son los encargados de parar el cierre mandibular, pero cuando ninguno de ellos están la mandíbula sigue cerrando por que los músculos siguen tirando y esas fuerzas serán absorbidas por otros dientes que no están preparados para soportarlas.
En sentido figurado pensemos en nuestra casa que para sostener el peso del techo necesitamos columnas en lugares determinados; si esa columna no está otra será la que sostendrá, hasta que se colapsará un lado luego el otro hasta derrumbarse.
Entonces pensemos que las piezas dentarias que queden encargadas de sostener colapsarán si las fuerzas no están equilibradas.
¿Cómo? Gastándose ó Rompiéndose ó Moviéndose.
Veamos un caso REAL: una persona joven perdió un molar, al ejercer el cierre mandibular los músculos siguen teniendo igual fuerza, las piezas dentarias que quedaron ahora son las encargadas de soportarlas, y comienzan a moverse, el 2do molar se tumbó hacia delante produciendo una invasión en el espacio oclusal de la porción distal. Sin darse cuenta se ponen en práctica mecanismos para esquivarlos y poder cerrar la boca, aunque en ese intento tropiecen con otros dientes, nuevamente los esquiven y así hasta lograr cerrar aunque en ese camino se deterioren otras estructuras
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