martes, 9 de junio de 2009

Cáritas lanzará su colecta anual este domingo en todo el país


El obispo Bargalló quiere que este año "el mensaje sea esperanzador y de compromiso.

Jorge Rouillon
LA NACION


Cáritas realizará el domingo en todo el país su colecta anual, con el lema "Es posible. Tu solidaridad transforma", que se completa con otro: "Compartir nos hace bien".

"Este año queremos que el mensaje de Cáritas sea, fundamentalmente, esperanzador, de compromiso y de búsqueda de aquello que nos hace bien", comentó en un diálogo con LA NACION el presidente de Cáritas Argentina, monseñor Fernando Bargalló, obispo de Merlo-Moreno.

"Estamos acostumbrados a padecer lo que nos hace mal -admitió-: la corrupción, la estafa, la coima, el drama de la droga es lo que permanentemente aparece. Y cuando ciertos dramas sociales pasan a ser lo habitual, una tendencia es pensar que esto es así, que no lo va a poder transformar nadie."

Advirtió sobre una sensación de descontento y desánimo que aqueja a la sociedad; de impotencia y enemistades; de crítica amarga, que amenaza no sólo el estado de ánimo, sino la misma convivencia social.

Pero contrarrestó esa impresión. "La experiencia cotidiana de Cáritas, no sin dificultades, es la contraria: es posible que las personas cambiemos; que las instituciones y la sociedad cambien y mejoren; que seamos protagonistas de una mejor situación."

Pero ello no ocurre mágicamente, apuntó: "La realidad no cambia por generación espontanea, sino que requiere solidaridad: tu solidaridad, la mía, la de todos".

Entiende por solidaridad algo que va más allá de la emoción ante la desgracia ajena. La virtud de la solidaridad supone el compromiso por los demás y, en la medida en que se afianza, pasa a ser un principio social ordenador en las relaciones laborales, educativas, económicas, al vencer esa tendencia a mirar por el propio provecho antes que nada.

"La solidaridad nos permite descubrir a quienes, tal vez, no veíamos y esperan, necesitan de nuestra mano fraterna", afirmó Bargalló.

Y sostuvo: "Necesitamos realizar el bien y realizar acciones que nos hacen bien. Compartir nos hace bien, porque el participar a otros lo que somos, lo que tenemos, lo que sabemos, nos hace crecer a todos. Dejar de encerrarnos en la mezquindad de la propia vida no sólo hace bien al que recibe, sino al que comparte, porque tu corazón crece en la medida en que te abrís a los hermanos".

Bargalló piensa que "es posible" cambiar, y en Cáritas conocen muchas personas que, desde situaciones de pobreza y exclusión, modifican cada día realidades adversas con esfuerzo personal y comunitario.

Son historias con nombres, datos, lugares precisos. Como la de Mónica, que en el barrio La Floresta, de Paraná, llamado "El humito", por el humo tóxico que sale de un basural, tenía problemas de salud que le acalambraban las manos. Y depresión. Los médicos le aconsejaban que moviera las manos. Se acercó a Cáritas, donde se capacitó en panadería. Aprendió un oficio que le mejoró las manos y le permitía trabajar en su casa. Hacía pan y lo vendía. Se le sumaron el marido y dos hijas. Recibieron un préstamo de Cáritas para comprar un horno, y mes tras mes fueron devolviéndolo con su trabajo. Ahora, toda la familia vive de ese emprendimiento.

Bargalló contó otras historias, como la de Santiago y Angela, que en Puerto Curtiembre, Entre Ríos, pudieron comprar un bote con la ayuda de Cáritas y viven de la pesca, no sólo para el consumo propio, sino por lo que venden a los turistas. Se cumple el clásico dicho: "No dar un pescado sino enseñar a pescar". Otra mujer, Josefa, aprende de grande a leer y escribir. Cáritas da becas de estudio, no sólo para los chicos, sino para capacitar a los padres para que los ayuden en su tarea. Por un convenio con el Estado, se han construido ya 2000 viviendas, levantadas por los beneficiarios.

¿Cómo ve la realidad de la pobreza? "Nosotros no podemos afirmar que ha crecido, tampoco que ha disminuido. Un termómetro son nuestros comedores. No se han cerrado, que sería algo que aspiramos; tampoco hay una afluencia notablemente mayor."

Pero, más allá de considerar que sigue siendo un problema enorme, Bargalló estima que la pobreza no puede medirse simplemente por el ingreso, conforme a la canasta básica. Salir de ella supone no sólo poder sustentar la vida con el alimento, sino cuidarla, con la salud, la educación, el trabajo, la vivienda propia. Descree de cuando un título dice que de la noche a la mañana hay 300.000 pobres menos simplemente porque al haber un aumento de sueldo, tienen mayor ingreso y con eso cubren la canasta. "Es una mirada parcial. Identificar la pobreza con el ingreso familiar en torno a la canasta no revela la imposibilidad de los pobres de sentarse a la mesa de la vida. Y desarrollar libremente sus capacidades. No refleja lo que es haber nacido y crecido en un ambiente de pobreza, donde los horizontes de vida y de crecimiento han sido mínimos."

Cáritas trabaja en dos líneas: la asistencia -que no es asistencialismo, "el vicio de la dádiva, que menosprecia al que recibe"- y la promoción humana. "A través de la cual -dijo el obispo-, las personas crecen, desarrollan sus capacidades y asumen en primera persona la transformación de sus vidas."

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