sábado, 6 de junio de 2009

La Obesidad: una epidemia inevitable?


Por más que una persona adulta continúe ingiriendo el mismo tipo de alimentación que cuando era más joven, el gasto de energía del cuerpo es menor, por lo que el balance se torna positivo para acumular grasas

La obesidad y el sobrepeso son una epidemia que se está expandiendo a pasos agigantados. En EEUU la mitad de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad. Y se espera para el 2050 que esa cifra llegue al 60%.
Nosotros estamos siguiendo pautas de la alimentación occidental, por lo tanto, seguimos el mismo camino.
Consumo calórico
El metabolismo basal es la energía que necesita el cuerpo para conservar los procesos de la vida: para latir el corazón, para respirar, para sintetizar sustancias, para mantener la temperatura corporal, etc. Cuando pasan los años la tasa metabólica basal es cada vez menor, disminuyendo un 2% por década después de los 20 años.

Entonces al seguir consumiendo lo mismo y gastar menos energía para las funciones vitales y en ocasiones también hacer menos ejercicio, se logra un balance positivo de energía, es decir que el organismo posee energía extra para acumular, consecuencia directa: sobrepeso u obesidad
¿ Que hacemos? La solución es aumentar el gasto con actividad física o disminuir la ingesta. Objetivo que no es nada sencillo a la hora de llevarlo a la práctica.

Para mantener la actividad física a largo plazo, ésta debe ser recreativa. Si no se realiza algún deporte, aunque sea se debería tratar de gastar energía en las cuestiones cotidianas: caminar hacia el trabajo, subir escaleras, andar en bicicleta o realizar actividades domésticas.

Existen técnicas que ayudan a modificar favorablemente el hábito de la alimentación:
- Comer sentado a la mesa, para tener mayor registro
- No mirar televisión mientras se come, ya que impide el registro
- No tener golosinas en la casa
- Realizar ejercicios de relajación, como un baño de inmersión o escuchar música clásica, ya que esto disminuye la ansiedad.
- Solicitar el apoyo de familiares y amigos, para que no induzcan a comer alimentos grasos y dulces.
- Seleccionar los alimentos en una lista escrita a la hora de ir al supermercado y no dejarse tentar por las facturas, galletitas, etc.

No se baja de peso con una dieta estricta de una semana y después continuando con la alimentación que tenía antes, esto produce el llamado efecto rebote, el cambio debe ser gradual y permanente.
Se deben modificar los hábitos alimentarios incorrectos y ésto es difícil ya que los hábitos en todo individuo están muy arraigados.


Y es por lo difícil de cambiar los hábitos alimentarios y por la dificultad en recuperar eficazmente al obeso que la principal herramienta que se maneja hoy en día es la prevención
En síntesis, en los adultos cualquier régimen para adelgazar debe ir acompañado de actividad física. Pequeños cambios, como caminar 20 cuadras todos los días puede más que grandes cambios, ya que es más probable que aquéllos sean más duraderos. El objetivo del tratamiento es conseguir una modificación permanente en los hábitos alimentarios de toda la familia.

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