Cuando se adquiere una infección, la enfermedad, aún con el tratamiento adecuado, puede complicarse.
Nadie puede asegurar que la evolución de alguna de las enfermedades infecciosas “propias de la infancia” tendrá un curso hacia la curación. La historia natural de una enfermedad en determinados casos puede salirse de un cauce benigno y evolucionar a complicaciones serias e incluso la muerte
Vacunar evita la enfermedad natural y sus complicaciones Ahorrar dinero.
Prevenir es mejor que curar. Tratar una enfermedad cuesta los honorarios del doctor, los medicamentos, y en muchas ocasiones otras consultas de seguimiento.
Evitar epidemias.
Las vacunas son sin duda la mejor herramienta para prevenir epidemias.
Evitan los contagios y la transmisión de persona a persona. La actual pandemia de influenza por el virus A H1 N1 se ha contenido gracias a campañas masivas de vacunación por ejemplo.
Las vacunas disminuyen la posibilidad de contagio.
Vacunar a la mayoría de un grupo de niños tiene un efecto protector en los niños no vacunados.
Se sabe que los no vacunados disminuyen sus posibilidades de contagio por estar rodeados de niños que sí están protegidos. Este se llama “efecto de rebaño”.
Algunas vacunas previenen el desarrollo de cáncer.
Se ha demostrado que la vacuna contra la Hepatitis B y la Vacuna contra el Virus del Papiloma humano, previenen no sólo estas infecciones virales sino que evitan el Carcinoma de Hígado y el Cáncer cérvicouterino.
Las vacunas son específicas.
Las vacunas aumentan anticuerpos dirigidos contra la bacteria o virus cuya infección se desea evitar. Algunas vacunas dan protección de por vida al completar el esquema de vacunación, otras requieren refuerzos periódicos.
Las vacunas son seguras.
Cualquier vacuna puede causar algún evento adverso por su aplicación en los niños. Sin embargo, la mayoría de ellos son benignos, transitorios y fácilmente controlables. Algunas como la vacuna contra la influenza - gripe- son tan seguras que pueden aplicarse durante el embarazo sin peligro para el bebé.
Las vacunas son eficaces.
Ninguna vacuna es 100% eficaz, sin embargo, la mayoría protege del 70 al 97% de los vacunados, evitando la enfermedad para la que se diseñó la vacuna.
Disminuye el ausentismo escolar:
Un niño sano falta menos a la escuela o guardería.
Un niño con esquema de vacunación completo además tiene mínimas posibilidades de enfermar y faltar por una enfermedad cubierta por el esquema nacional de vacunas.
Un niño enfermo, falta frecuentemente a la escuela o guardería afectando su proceso de enseñanza y aprendizaje.
Evita muertes:
La poliomielitis se ha erradicado de muchos países y en poco tiempo seguramente se erradicará del mundo. Millones de niños y adultos murieron por esta enfermedad a lo largo de la historia. ¿El secreto del éxito? , las campañas masivas de vacunación.
Siempre existe la posibilidad de un evento adverso posterior por lo que recomiendo:
Después de la aplicación de una vacuna informa a tu médico acerca de cualquier reacción no esperada.
No retrases la vacunación si tu hijo presenta signos leves de enfermedad (un resfrío leve, un poco de tos, diarrhea).
Dra. María Andrea Gajo Gane
Pediatra Infectóloga
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