Se acerca el periodo de comprobar el rendimiento escolar de los hijos. Los padres están expectantes y ansiosos de los resultados, algunos con desesperanzas por las continuas quejas recibidas, se escucha los comentarios de las madres-va a la maestra particular y aún así no aprobó matemática o lengua-.Se sugiere acudir a la Psicopedagoga para resolver las dificultades en algunas áreas curriculares.
¿Que los inquieta? .¿Las bajas notas? o ¿la desilusión de que el hijo no tiene un nivel de inteligencia que lo enorgullezca?
Que hace el psicopedagogo frente a esta demanda, rastra, abre puertas, desde distintas dimensiones, en cada encuentro va bosquejando la construcción de ese Ser.
La especificidad del Psicopedagogo corresponde a la génesis del pensamiento y sus diferentes modos de construir.
Las angustias y malestares que se gestaron desde la matriz materna y continuaron después del nacimiento hasta la llegada del consultorio del Psp (etapas: niños, adolescentes, joven, adulto), se fueron potenciando con otras carencias en el transcurso vital. Esto amplia la situación del sujeto: no aprende por que su aparato cognitivo no cuenta con un orden optimo, y sus esquemas mentales están afectados por razones ambientales y/o familiares, orgánicos, o intelectuales, o escolares, o afectivos, o sociales y/o culturales.
Todas o algunas inscripciones van organizando equivocadamente el pensamiento, afectando el proceso cognitivo y también a las posibilidades como a las particularidades subjetivas del Ser.
conductas para desarticular las causas que las provocaron. En ese intento constructivo estamos los Psicopedagogos.
Lo desarrollado es una de las tantas incumbencias de esta profesión.
Psp. Teresita Santoro de Frechou
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