La enfermedad celíaca es una alteración estructural del intestino delgado que está causada por la intolerancia a una proteína llamada gluten, concretamente a uno de sus componentes, la gliadina.
Está relacionada con defectos enzimáticos o reacciones de anticuerpos.
Se manifiesta en individuos predispuestos genéticamente, es decir que existe una incidencia familiar en desarrollar la enfermedad. Se encuentra en los genes que codifican las moléculas HLA del cromosoma 6.
La enfermedad celíaca también es denominada esprúe celíaco, esprúe no tropical o enteropatía por gluten.
Se caracteriza por:
Mala absorción de nutrientes: lípidos, glúcidos, prótidos, vitaminas y minerales.
Atrofia de las vellosidades del intestino delgado
Mejoría en la supresión del gluten en los alimentos
El factor hereditario es importante para el desarrollo de esta enfermedad. En el caso que algún miembro de familia presente esta enfermedad debe tenerse en cuenta la realización de pruebas de diagnóstico al resto de los integrantes de la familia evitando así riesgos innecesarios para la salud.
La gliadina, presente en el trigo, avena, cebada y centeno, destruye las vellosidades que recubren el intestino. Al estar la vellosidad dañada, está totalmente afectada la capacidad del intestino para absorber los nutrientes. Esto termina siendo un problema de malnutrición debido a la carencia de vitaminas, minerales y calorías que presenta la persona celíaca a pesar de llevar una alimentación adecuada.
Por esto, la enfermedad altera al proceso digestivo de absorción, y así existen deficiencias nutricionales, con la posterior pérdida de peso.
Suele aparecer durante los primeros meses de vida, alrededor de los 6-12 meses durante la ablactación, es decir cuando se comienza a administrar alimentos (cereales) diferentes a la leche. Cuando esto ocurre se debe suspender la toma de leche, ya que con la enfermedad celíaca, puede desarrollarse una intolerancia a la lactosa.
También puede presentarse en la edad adulta alrededor de los 30 y 40 años, siendo una enfermedad crónica, que cuando no es bien llevada o no es bien diagnosticada, puede terminar con un gran número de complicaciones llegando, incluso, a ser fatal.
Algunos de sus síntomas pueden ser:
Diarrea esteatorreica (deposiciones exageradas, muy olorosas y de color amarillentas) como consecuencia de la mala absorción de grasas.
Pérdida de peso, anemia (ferropénica y megaloblástica), náuseas, inflamación intestinal, trastornos en el carácter, irritabilidad, depresión y ansiedad, pérdida de la masa muscular, calambres musculares, en los bebes puede presentarse un picor intenso en la piel con enrojecimiento (dermatitis herpetiforme) y úlceras bucales. Alteraciones óseas (osteomalacia ,osteoporosis, fracturas), Piel flácida y seca, Disminución de la cicatrización, Ulceraciones en lengua y boca, Alteraciones del esmalte dental
Enfermedades asociadas a la enfermedad celíaca
Existen enfermedades que se manifiestan junto con la enfermedad celiaca, a veces preceden a la misma o se pueden dar luego de las primeras manifestaciones.
Diabetes Mellitus tipo I (DMI); Demartitis herpetiforme; Intolerancia a la lactosa; Déficit selectivo de Ig A ; Enfermedades tiroides; Enfermedades hepáticas; Síndrome de Down
Otras: Enfermedad inflamatoria intestinal, Síndrome de Sjogren, Lupus Eritematoso sistémico, Enfermedad de Addison. Artritis reumatoide, Alopecia. Vitiligo, Psoriasis.
Tratamiento
fundamentalmente en una dieta sin gluten, baja en grasas pero rica en otras proteínas, vitaminas y minerales.
Al realizar una dieta adecuada se mejoran los síntomas aunque el organismo tarda cierto tiempo en recuperar su estado normal.
La mayoría de las veces se recae con estadíos agudos presentando un mal estado general. Luego comienzan a darse con menor frecuencia hasta desaparecer y no vuelven a repetirse.
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