El Observatorio Provincial de Consumo de Sustancias Psicoactivas de Córdoba presentará su nuevo informe esta tarde, a las 17, en el pabellón Amarillo del complejo Ferial Córdoba. Según los datos recopilados de distintas investigaciones públicas y privadas realizadas entre los años 2001 y 2008, los menores se inician en el consumo de drogas entre los 12 y los 13 años, informó el sitio web La Voz del Interior.
Dado que los análisis que forman el documento final corresponden a distintas instituciones (participaron la Universidad Nacional de Córdoba, la Universidad Católica de Córdoba, el Sedronar, la Unidad de Toxicología del Hospital de Niños cordobés, la subsecretaría de Adicciones de la Provincia de Buenos Aires y la Secretaría de Córdoba), se observa una variación en la edad de iniciación, aunque en todos los casos se concluyó que, mientras en 2008 los menores comenzaban a utilizar sustancias psicoactivas entre los 14 y los 15 años, ahora lo hacen entre los 12 y los 13.
Por ejemplo, la Unidad Tóxico Ambiental del Hospital de Niños de Córdoba confirmó un crecimiento constante del ingreso de niños de 8 a 15 años por consumo de drogas ilícitas. De 48 casos registrados en 2001 se pasó a 108 en 2008.
Con respecto al estupefaciente elegido, los estudios señalaron que es la marihuana, cuyo consumo prevalece en los varones escolarizados. Un 49% de los adolescentes consultados aseguró que comenzó a consumirla a los 14 años.
En tanto, a los chicos que no concurren a la escuela esta droga llega a los 15 años, mientras que a las mujeres, a los 17.
El alcohol, la puerta de entrada
El consumo de alcohol es el primer bastión en los adolescentes adictos. Según los datos recopilados para la provincia de Córdoba, más del 65 por ciento de los adolescentes escolarizados bebió alcohol en el último mes, sin diferencias por sexo.
En 2008, comenzaron a fumar tabaco 20 mil estudiantes, 7.500 probaron la marihuana, 37 mil chicos en edad escolar se iniciaron en las bebidas alcohólicas (21 mil chicas y 16 mil varones), y alrededor de cinco mil estudiantes son los nuevos consumidores de psicofármacos, en especial de tranquilizantes. En todos los casos de nuevos consumidores prevalece el sexo femenino.
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